Una vez más aquí con un compilado de imágenes del cosmos.
Arranquemos desde casa, para ver a nuestro satélite natural, la Luna, franqueada desde nuestra perspectiva por un aparato de invención humana más pesado que el aire: el avión.
El mes pasado los círculos astronómicos tuvieron un revuelo, cuando un extraño objeto atravesó nuestro sistema solar a una extraordinaria velocidad (mínima) de 26 km por segundo, y en una trayectoria tan excéntrica que era casi perpendicular al disco solar, esto es, de norte a sur, el objeto, denominado temporalmente A/2017-U1, para hacer referencia a su estatus como asteroide, fue detectado por los telescopios PanSTARRS, pasó a 24 millones de Km de la Tierra, su velocidad, espectro químico y excentricidad sugieren que se trata de un objeto que viene de mucho más allá del Cinturón de Kuiper, los más remotos confines del Sistema Solar, de donde vienen los cometas. Es por lo tanto, el primer objeto interestelar del que se tiene registro.
Esto es, que el astro en cuestión no es originario del Sistema Solar, para ello la Unión Astronómica Internacional creó una nueva clasificación y lo ha designado como 1I/'Oumuamua, donde la "I" indica que es intesestelar, el 1 es claramente por ser el primero de su clase. 'Oumuamua es un término hawaiiano que significa "llegado desde lejos".
1997: Uno de los cometas más notables del siglo pasado fue el C/1995-O1 Hale-Bopp, además de ser uno de los más observados gracias al naciente internet, fue uno de los cometas que más ha permanecido visible aún en cielos polutos. El rasgo más impactante fueron sus dos estelas: la coma, producida por los materiales y polvos cometarios, y una cola azulada, formada por particulas de gas que al ser excitadas por la radiación solar, emitían un brillo azulado. Una segunda cola fue detectada con aparatos especiales, compuesta de sodio. Algunos dementes fanáticos sectarios, conocidos como "Puerta del Cielo", se suicidaron en masa creyendo que detrás del cometa venía una nave espacial que los llevaría a un lugar utópico, algo así como el planeta Felicidonia.
La punta de un chorro estelar, conocido como Objeto de Herbig-Haro,en este caso el HH34. Esta clase de formaciones son grandes corrientes de gas y polvo interestelar arrojados por una estrella desde sus polos, como si fueran puntas de flecha. No omito mencionar que uno de sus co-descubridores fue el mexicano Guillermo Haro.
Vamos a nuestro vecindario, así se ve el polo sur de Júpiter.
Una merodeada por el jardín jupiteriano nos pone de manifiesto a su luna Ío, la más grande de las lunas de Júpiter, que sin embargo, empequeñece contra el gigante rojo. Ío es el objeto con mayor actividad volcánica de todo el Sistema Solar, de hecho, en su superficie podemos ver una erpución que arroja compuestos de azufre a unos 500 km de altura.
Todos hemos visto eclipses o sus imágenes, siempre desde la perspectiva que nos ofrece la superficie. Sin embargo he aquí cómo se ve un eclipse en la Tierra, desde el espacio.
Tormentas de polvo en la superficie de la Acidalia Planitia, en Marte.
La estrella R Sculptoris, en la constelación del Escultor, visible desde el hemisferio Sur. Se trata de una estrella variable, a veces clasificada como Gigante Roja, su coloración se debe al alto contenido de carbono. Varias de sus capas más externas han sido expulsadas de la superficie, formando halos relativamente espiroidales, se cree que éstos se deben a la influencia gravitatoria de una estrella cercana aún no detectada. R Sculptoris se encuentra a unos 1500 años luz de la Tierra, esto es, a unos 460 pársecs, puesto que los pársecs son unidades de distancia y no de tiempo, como solía alardear el difunto Han Solo.
La última misión del Programa Apollo a la Luna, específicamente el Apollo 17, capturó esta imagen del valle de la región de Taurus-Littrow.
Bienvenidos a Verona Rupes, un acantilado localizado en Miranda, una de las lunas de Urano (que para el año 3000 habrá cambiado su nombre a Urrecto). Este acantilado se estima tiene una altura de 5 a 10 kilómetros, lo que lo convierte en el acantilado más alto del Sistema Solar. Tomaría sin embargo 12 minutos caer en picada desde el risco hasta el fondo, debido a la baja gravedad de Miranda, y potencialmente se podría sobrevivir a la caída.
Una miradilla a la corona solar, que nos muestra los cambios y patrones magnéticos del viento solar.
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