Finalizaba la década de 1930 y los 40’s ya lucen cercanos en el horizonte. El Imperio del Japon se ha convertido en una gran potencia militar especialmente en el ámbito marítimo. Su dominio se extiende más allá de las islas principales, tomando parte de China, Korea, Mongolia y numerosas islas del Pacífico, amenazando seriamente lugares como Singapur, Malasia, Indonesia y Australia.
Los submarinos nipones son formidables, capaces de recorrer medio mundo sin repostar, parece que el dominio del océano es cosa de los nipones, que pueden alcanzar cualquier costa a su antojo.
Pues bien, la Segunda Guerra Mundial se extendió al Pacífico con la entrada de Japon y Estados Unidos, y desde siempre en las mentes de los altos mandos orientales rondó la idea de un ataque en el mismísimo territorio norteamericano.
La idea de que algunas bases de submarinos de la Armada Imperial Japonesa (IJN) existieran en costas del continente americano ha sido objeto de diversos estudios y aproximaciones, es así que en cierta zona de México existe el relato oral de que existió una base secreta japonesa, y que en más de una ocasión fueron avistados navíos no solamente de dicha nacionalidad, sino también submarinos alemanes, cuyas tripulaciones incluso comerciaron con los pobladores locales.
Dicha base, si es que existió alguna vez, se rumorea estaba en una zona conocida como La Palma, municipio de Acapetahua, Chiapas.
El mantenimiento y operación de la Base Secreta de La Palma correría por cuenta de japoneses radicados en México que actuaban como “quinta columna” (recuérdese que por aquel entonces México tuvo su propio “campo de concentración” en Perote, Veracruz, donde se recluyó a alemanes y japoneses bajo sospecha de actividades subversivas) y por mexicanos que voluntaria o involuntariamente colaboraban con los nipones.
En el siguiente link (http://the-wanderling.com/secret_base.html) se da un relato detallado de lo que aquí resumiré, aclarando siempre que el relato no debe tomarse como verídico ya que se carece de pruebas fehacientes que avalen esta historia.
De acuerdo al autor del relato, su tío se encontró en México con 2 espías norteamericanos que por aquel entonces monitoreaban las actividades de los alemanes en nuestro país, cuando de pronto tuvieron también que reportar las actividades de los japoneses que acababan de atacar Pearl Harbor, esto es en diciembre de 1941. Es así que estos 2 espías se enteran de la existencia de una estación hechiza donde operaban submarinos japoneses, escondida en un estuario donde desembocaba un río, y que dicha base daba hacia el lado de la selva, aparentemente diseñada como punto de reabastecimiento y depósito de combustible. Observaron en secreto la base desde el lado opuesto del río por una semana y, a pesar de que estaba claro que había tambos, posiblemente, para el diesel, y de que había actividad tanto de día como de noche, ningún submarino llegó o partió durante el tiempo de su vigilancia.
|
Zona de Acapetahua y La Palma, vista de satélite del estuario |
Otro agente local encubierto les informó que había observado submarinos cerca en al menos dos ocasiones siendo atendidos en la base, muy probablemente cargando combustible, agua y provisiones. Dijo que el combustible se obtenía en pequeñas cantidades, aproximadamente 200 a 500 galones, comprados a diferentes tiempos por diferentes personas, a fin de no despertar sospechas, luego se almacenaba en bidones de acero en la base. El muelle era de reciente construcción, hecho específicamente para manejar los submarinos y sin ningún tipo de maquinaria pesada, habría sido elaborado a mano.
Una buena parte de la zona de acoplamiento se realizó con cemento mezclado con arena y conchas, además de partes de madera obtenidas a partir de materiales indígenas cercanos.
Inicialmente, la estructura de los muelles y las rampas era cuestionable y no soportaba más de un par de barriles de combustible a la vez por el peso que tenían. Dado que los submarinos cargaban de 600 a 700 barriles en total y todo se hacía a mano, el proceso de reabastecimiento debió ser muy lento y tedioso involucrando mucha mano de obra, y llegando a tomar días enteros.
Más tarde, el muelle se reforzó para soportar más barriles, sustituyéndose el llenado manual por sistemas de llenado por gravedad o bombas eléctricas. Después de que los submarinos entraban en el estuario eran guiados por remolques pequeños atados a ambos lados de la proa.
Los dos submarinos observados por el agente encubierto fueron, según el relato, probablemente el I-9 y I-10, por ser los que se encontraban en aguas americanas en ese entonces, se trataba de 2 submarinos tipo A1, que tenían autonomía para recorrer 30,000 Km sin repostar, incluso en su interior podían albergar un avión Yokosuka E14Y, el cual podía ser armado para bombardear objetivos en tierra.
|
Planos de los submarinos de la clase A1, a la cual pertenecían el I-9 e I-10 |
El IJN I-9 recibió órdenes el 13 de diciembre de 1941, días después del evento de Pearl Harbor, de partir hacia la costa oeste de Estados Unidos, llegando el día 19 a las costas de Oregon, otros submarinos habrían recibido igualmente la orden de llegar y abrir fuego sobre objetivos específicos en Navidad, pero al parecer el I-9 era el único en la zona por lo cual emprendió la retirada, el 22 de diciembre reporta su posición cerca de la Isla Guadalupe, en aguas territoriales mexicanas, luego el dia 27 se dirige a las Islas Marshall, en Oceanía. Estos datos son verificables y existen en la bitácora del submarino. No existe ningún reporte de llegada a alguna base en territorio mexicano.
Por cuanto hace al IJN I-10 el autor de esta historia dice que fue enviado a la costa oeste del Pacífico de EE.UU. el 14 de diciembre de 1941 y asignado a patrullar la costa de San Diego, California. Sin embargo el reporte oficial es que el I-10 partió en aquellas fechas desde Kwajalein en las Islas Marshall, al puerto de Yokosuka en Japon, siendo por lo tanto falso al menos en este punto, que dicho submarino estuviera navegando cerca de las costas americanas, y mucho menos mexicanas.
Existe el reporte, más bien anecdótico, de que el 20 de marzo de 1942, un biplano mexicano detectó y ametralló lo que se consideró un submarino japonés cerca de las costas de Baja California, aunque la mancha observada en el océano pudo ser una ballena, cabría preguntarse por la factibilidad de que los nipones pudieran operar en aguas mexicanas (ver http://drsamuelbanda.blogspot.mx/2013/11/la-fuerza-aerea-mexicana-ataca.html).
El I-25, otro enorme submarino transoceánico similar al I-9, estuvo operando en la costa de Oregon cerca de un año después de éste, concretamente desde el 7 septiembre de 1942, 2 días después lanza su avión E14Y con bombas incendiarias, las cuales fueron lanzadas en el bosque con tal de desatar un incendio forestal, sin embargo la lluvia impidió el incendio, un segundo ataque se efectúa el 24 de septiembre sin éxito, estos fueron los únicos ataques que Estados Unidos sufrió en su propio territorio durante la guerra. Según la historia que se lee en el web al que remito, en algún momento durante el período de 20 días entre los dos ataques aéreos, el I-25 pudo haber estado reabasteciéndose en la base secreta de la Palma, cosa de la cual no existe evidencia que lo confirme o que lo descarte.
De acuerdo al relato no todos los navíos fueron submarinos japoneses, señalando al buque auxiliar alemán “Michel”, que tenía la reputación de ser el último barco de guerra operacional alemán activo en alta mar. Iba armado con diversos cañones montados y otras armas de fuego junto con 24 torpedos, un hidroavión Arado Ar-196 y una lancha tipo LS-4 llamada “Esau” con capacidad para lanzar torpedos.
|
HK "Michel" |
Navegó por la costa de Chile y Perú, y vio acción cerca de la Isla de Pascua en septiembre de 1943, luego se fue a Japon aunque fue hundido al mes siguiente, pero según el relato, habría pasado antes a reabastecerse en La Palma, donde habría recogido, ya sea en su hidroavión o en el Esau, a un pasajero de alto rango, si éste fue alemán, japonés o mexicano, es algo que no se supo, pero luego del hundimiento del Michel hubo súplicas constantes de Berlín para localizar sobrevivientes, lo cual indicaría que este pasajero era importante para el gobierno alemán, no así para el japonés, que supuestamente no organizó las patrullas de rescate solicitadas por los nazis.
|
Arado Ar-196 |
Por si estas historias no fueran lo suficientemente inverosímiles, hay otra que involucra un extraño plan en el que un submarino nazi atacaría el territorio norteamericano, usando la Base Secreta de La Palma como sitio de partida.
El 20 y 23 de agosto 1944, un par de submarinos alemanes, el U-195 y U-219, respectivamente, salieron de sus puertos en la Francia ocupada con destino a Japón, sin embargo fueron redirigidos a Yakarta, Indonesia por razones desconocidas. Al parecer la carga era un alto secreto y se trataba de 12 de los famosos cohetes nazis V2 desmantelados y destinados a los militares japoneses, junto con un cargamento de óxido de uranio para un supuesto proyecto de bomba atómica japonesa. El cargamento fue de hecho verídico al menos en lo referente a los cohetes V2.
Aparentemente no relacionado, a miles de kilómetros de distancia y dos semanas más tarde, el 9 de septiembre de 1944, el U-181 sale de la base de Penang, Malasia, hogar del famoso Grupo Monsun de submarinos alemanes que operaban en el océano Indico y parte del Pacifico en un esfuerzo conjunto con los submarinos japoneses, llegando al día siguiente a la base japonesa en Seletar, Singapur. El U-181 fue modificado para portar carga (en realidad según consta en los registros se le modificó para llevar un nuevo tipo de sonar).
El 19 de octubre de 1944, después de regresar a Penang, el U-181 partió hacia Noruega, el manifiesto dice que llevaba 120 toneladas de estaño en lingotes, 100 toneladas de caucho, 20 toneladas de molibdeno, una tonelada de quinina y una gran cantidad de opio a bordo.
Al parecer, y según el relato, el U-181 se quedó en el Océano Índico, básicamente, en el mismo lugar durante tres días (5 al 7 de noviembre) sin realmente ir a ninguna parte, como si estuviera esperando algo. El relato entonces señala que se encontró con el U-195 y U-219 el dia 14 de noviembre. El U-219 regresa a Francia el 11 de diciembre 1944 en tanto que el U-195 llega 17 días después, el 28 de diciembre, pese a que ambos navíos viajaban juntos.
El autor del relato sugiere que el U-195 transfirió su carga al U-181 en medio del océano y por eso la demora. No solamente esto, sino que se atreve a afirmar que en algún punto del Pacífico el U-181 alemán contactó con el submarino japonés I-12, que los norteamericanos habían dado por hundido el mes anterior pero que pudo haber seguido navegando, aunque finalmente se declaró perdido en enero de 1945.
Habría sido en ese lapso de noviembre de 1944 a enero de 1945, más concretamente a mediados de diciembre de 1944, cuando el I-12 pudo haber llegado a La Palma con el cargamento que venía desde Europa a través del U-195 y U-129, que posteriormente pasó al U-181 y que este a su vez lo entregó al I-12, estamos hablando del supuesto cargamento de cohetes V2.
Luego de abastecerse en La Palma, el I-12 habría llevado el cargamento hasta la desembocadura del Mar de Cortés entre la Península de Baja California y México continental, y luego otros 1,000 km al norte hasta la Isla Ángel de la Guarda, o una de las otras islas cercanas, el cargamento al parecer se escondió en una cueva. Después de dejar su carga la I-12 regresó a las aguas del Pacífico, sin lograr comunicarse con su base y ser dado por perdido en enero de 1945.
Simultáneamente debemos señalar la existencia de campos de concentración estadounidenses (algo a lo que misteriosamente las fuentes históricas suelen “prestar poca atención”), a donde se enviaban a los prisioneros de guerra alemanes, uno de los cuales estaba situado en Papago Park, en Phoenix, Arizona.
Cerca del final de diciembre de 1944, hubo un escape a través de un túnel. Algunos de los fugitivos huirían según el relato hasta el sur de México, lo curioso era, que después de haber recapturado a todos los fugados, se descubrió que en realidad había seis prisioneros adicionales que no figuraban en las listas. Después de aislar y separar a los seis extras se les interrogó por separado.
Los prisioneros extra eran miembros de tripulación de submarinos, veteranos de la Kriegsmarine (Marina de Guerra Alemana). Meses antes de los seis habían llegado a costas mexicanas al sur de Veracruz, cerca de de Coatzacoalcos, después de haber desembarcado de un submarino en el medio de la noche. Luego viajaron por río con apoyo de agentes locales hasta la costa oeste del Pacífico a un lugar que se les dijo que se llamaba Chiapas, un lugar con una serie de estrechos canales que terminaban en un campamento excavado por los japoneses, pero todavía bien escondido, sería la Base de La Palma.
Unos días más tarde, un enorme submarino japonés con más de 100 miembros de tripulación llegó al lugar y fue amarrado a cierta distancia del muelle improvisado. Remolcado por el submarino japonés había otro navío parecer de origen alemán, pequeño.
Después de las formalidades, y tras probar lo que aparentemente era un submarino alemán pequeño, ambos submarinos abandonan La Palma y se dirigieron al norte. El submarino japonés sería el I-12 según la descripción, que como ya se mencionó, escondió el supuesto cargamento en una de las islas del Mar de Cortés. No sólo se trataría entonces de un cohete V-2, sino también de un mini-submarino alemán, mismo que tiempo después, y según el relato, entró en la desembocadura del Río Colorado, recorriéndolo hasta un sitio conocido como Laguna Presa, a 12 millas al norte de la ciudad de Yuma.
Ahi, el submarino iba a ser desmantelado en cinco secciones y movido al norte en camiones. Luego debían ser unidos por ocho miembros adicionales de la tripulación, los fugados del campo de prisioneros de Papago Park, al parecer así se hizo y el submarino fue rearmado río arriba.
Cientos de kilómetros adelante el submarino encalló en un banco de arena y rocas en algún lugar al sur de Nelson, Nevada. Al parecer dañado e incapaz de liberarse sin hombres y equipos adicionales y sin comandante, la tripulación simplemente lo abandonó y se dispersó en el medio del desierto, con el tiempo fueron recapturados por las autoridades después de que en su mayoría fueran entregados por los lugareños.
Se dice que la misión era viajar por el río Colorado y destruir la presa Hoover, uno de los sitios de mayor importancia estratégica, ya que genera la electricidad de buena parte de las ciudades de la costa oeste de Estados Unidos. El arma a usar era el Vergeltungswaffen-2 , traducida al Inglés: arma de represalia, el famoso V-2. El gobierno norteamericano habrìa decomisado el aparato y lo mantendría en secreto.
|
Supuesto plan de ataque a la Presa Hoover |
Sin embargo, lo que los tripulantes y prisioneros alemanes describieron, era más bien un misil tierra-aire Rheintochter R1, con aletas estabilizadoras desmontables de madera e impulsado por un motor de combustible sólido que generaba 165,000 libras de empuje que aceleraban el misil a Mach 1, un aparato más pequeño y fácil de montar en un submarino que un enorme V-2, aunque desde hacía tiempo existió el plan de lanzar V-2 desde lanzaderas arrastradas por submarinos, un sistema conocido como “Prufstand XII”, pero que había sido descartado tiempo atrás por impráctico.
|
Sistema Prufstand para lanzar cohetes V2 desde los submarinos, se trataba de un contenedor vertical en el que se depositaba el cohete para así permitir su lanzamiento. |
|
Este es el misil R1 Rheintochter, un misil modificado de este tipo habría sido el que se usaría para destruir la Presa Hoover |
Sin embargo, yo personalmente no me creo esta historia del ataque a la Presa Hoover por diversos motivos, la Alemania de 1944 no era ya ni la sombra de lo que era tan solo 2 años antes, y no tendría sentido elaborar y gastar una gran cantidad de recursos (cada vez más escasos) en un complicado plan logístico que involucrara a hasta 4 submarinos alemanes y uno japonés dando la vuelta por más de la mitad del mundo, además del riesgo que suponía la fuga de prisioneros, para atacar con un único misil un punto de Estados Unidos, que si bien tenía su importancia estratégica, el impacto sería menor si por ejemplo, se usaran un par de submarinos que digamos, cruzaran el Atlántico, y atacaran con esa misma tecnología a New York, o entrar en el Potomac y atacar Washington, algo con más impacto moral y estratégico, y en el que se gastan menos recursos.
|
La supuesta misión de ataque a la Presa Hoover supondría un increíble esfuerzo logístico donde el arma a usar recorrió más de medio mundo en al menos 3 submarinos |
Realidad o no, si alguna vez tal base existió en territorio mexicano, lo cierto es que entre los pobladores de Acapetahua circula de manera oral la leyenda de que los japoneses tenían una base de submarinos...
Arturo Leif Gherke Velez, escritor mexicano, fue uno de los que dio a conocer el sitio exacto en su novela "La Base Secreta de La Palma", en la cual mezcla suspuestos elementos históricos con elementos de ficción, hoy en día el lugar fue rehabilitado tras el paso del huracán Stan en 2005, y ha sido convertido en un pequeño atractivo turístico, fundamentalmente debido a la pesca deportiva, aunque no falta el que acude al lugar en busca de vestigios de la base.
|
La Palma, tal como se le puede encontrar actualmente |