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domingo, 11 de noviembre de 2012

La Aviación en la Revolución Mexicana IV: Huerta y el primer combate aeronaval de la historia


En febrero de 1913, una revuelta dirigida por unidades disidentes del ejército acantonadas en la Ciudadela, un barrio de la Ciudad de México, provocó la renuncia de Madero y su posterior ejecución, estaban encabezados por los generales Bernardo Reyes, Manuel Mondragón y Félix Díaz. Este golpe de estado, llamado “La Decena Trágica” (duró 10 días) contó con la ayuda del embajador estadounidense Henry Lane Wilson; además de algunos oficiales claves de la guarnición, incluyendo al General Victoriano Huerta, en quien Madero confiaba ciegamente, tanto que le asignó la defensa de la ciudad, pero Huerta en secreto se había unido a los rebeldes.
Victoriano Huerta y Pascual Orozco, el año anterior Huerta derrotó a Orozco bajo las órdenes de Madero, pero ahora ambos conspiraban contra el Presidente
De esta manera, Victoriano Huerta se hace con el cargo de Presidente de México, de inmediato, Venustiano Carranza, gobernador de Coahuila, declaró traidor e inconstitucional a Huerta (Carranza era gran amigo de Madero y ambos eran coahuilenses), y proclamó el Plan de Guadalupe, en el que se rebelaba abiertamente contra este nuevo gobierno federal. Lo apoyaron caudillos de renombre histórico, los cuales dirigieron las “divisiones“ del llamado Ejercito Constitucionalista: Francisco Villa con la poderosa División del Norte, Pablo González, al mando de la División del Noreste, y Álvaro Obregón, encargado de la metódica División del Noroeste. Otro que se sublevó contra Huerta fue Emiliano Zapata, en los estados del sur próximos a la Capital. Varios de ellos ya habían combatido bajo las órdenes de Madero.
Durante la Revolución Mexicana, el campo aéreo de Balbuena tambien fue lugar donde se incineraban cadáveres, como se desprende de esta imagen de Casasola.
Es en este escenario que regresan a México los “5 primeros”, debiendo elegir entre seguir fieles al Gobierno, o unirse a la causa que buscaba vengar al hombre que los mandó a convertirse en pilotos, la elección fue obvia para algunos de ellos (después de todo, los primos Salinas eran sobrinos de Carranza). Otros seguirían leales al gobierno.

Una de las acciones en materia aeronáutica por parte de Victoriano Huerta fue una prueba de vuelo el 4 de abril de 1913, con un avión Deperdussin pilotado por Miguel Lebrija y Juan Guillermo Villasana, realizando un bombardeo experimental sobre los campos de Balbuena.
Huerta además compró 20 aviones Bleriot a la Moisant, y envió a 30 cadetes a estudiar aviación. 24 de ellos lograron graduarse y regresaron al país, los que no llegaron fueron los aviones, pues el pedido se canceló debido a que los fondos se necesitaban para asuntos militares “mas urgentes”. La mayoría de los pilotos terminaron incorporándose tarde o temprano a las filas de la aviación militar nacional.

Mas adelante el gobierno huertista mandó confiscar los aviones que estaban en los llanos de Balbuena: el Farman MF7 de Braniff, el Deperdussin de Miguel Lebrija, y un Bleriot de “El Buen Tono”. Estos aviones formaron la “ Escuadrilla Aérea de la Milicia Auxiliar del Ejército”, encabezada por Horacio Ruiz Gaviño (otro de los “5 primeros”), sin embargo, a pesar de que la Escuadrilla estuvo lista para iniciar operaciones, Huerta ordenó estrictamente a su ejercito no realizar misiones aéreas, no se sabe si en su falta de visión influyeron las pruebas fallidas de los Bleriot que le habían enviado a Torreón en 1912.
El Bleriot de la fábrica "El Buen Tono", y el Deperdussin de Miguel Lebrija, aviones que por orden del Secretario de Guerra fueron expropiados para formar la Milicia Auxiliar del Ejército. Detrás se puede ver otro Deperdussin
Uno de los estados del país que más activamente se pronunció contra Huerta fue Sonora, donde su gobernador José Ma. Maytorena deja el puesto interinamente por cuestiones de salud a Ignacio L. Pesqueira, éste, previendo la posibilidad de enfrentar acciones bélicas, contrata en Estados Unidos al piloto francés Didier Masson y a su mecánico James Dean, que trabajaban en un circo americano, se les dio dinero con el cual compraron un biplano Martin Pusher, con motor de 75 hp, no obstante, la nación americana había establecido un embargo a México, y la aeronave fue detenida en la aduana en Nogales. 
El biplano Martin Pusher
Didier Mason y James Dean
Otra imagen de Didier Mason
Sin embargo, el avión fue desmontado, guardado en varias cajas de madera y cruzó secretamente la frontera durante una noche a lomo de mula y carretas, para luego ser reensamblado, se bautizó al avión con el nombre “Sonora” el 15 de mayo de 1913, se envió por ferrocarril a Hermosillo, y fue puesto a disposición de las fuerzas de Obregón, quien lo destacó a Guaymas. El aparato, con su sola presencia elevó la moral de los constitucionalistas,y disminuyó la de los federales, pues los rebeldes ahora eran tecnológicamente superiores y tenían el control absoluto del aire.
El "Sonora", luego de cruzar la frontera y ser trasladado a Hermosillo
Masson se unió al mexicano Joaquín Bauche Alcalde, quien fungiría como bombardeador del “Sonora”, y ambos empezaron a realizar vuelos de adiestramiento, observación, así como algunos ataques a tierra, en los cuales dejaban caer bombas a mano de fabricación casera.

Tal fue la importancia estratégica de Sonora de cara a dominar el Mar de Cortes, que la Marina Federal Mexicana comisionó a prácticamente toda la Flota del Pacífico a atacar los puertos sonorenses, esto sin duda fue un quebradero de cabeza para el genio militar de Obregón, que no podía sitiar los puertos, pues el suministro de armas estaba garantizado por el mar, los Constitucionalistas no poseían barco alguno. En lugar de gastar tiempo y material en tratar de sitiar cada puerto hasta la rendición, Obregón llegaba, atacaba la ciudad y cuando se lograba el sitio, abandonaba la misma hacia el siguiente puerto, dejando suficientes soldados para mantener sus líneas de suministro intactas, y tener ocupadas a las fuerzas Federales en varios lugares a la vez, táctica que le sirvió bastante, ya que nada pudo detener su avance hasta la misma ciudad de Guadalajara.

A finales de mayo de 1913, la Marina Mexicana llegó al puerto de Guaymas, Sonora, con sus principales naves de combate: los cañoneros “Morelos” (la nave más poderosa de la flota), “Guerrero”, y “Tampico” y los buques artillados “Oaxaca” y “Demócrata”, de inmediato esta poderosa fuerza naval se dispuso a cañonear la cabeza de puerto. El 30 de mayo de 1913, Didier Masson y Joaquín Bauche salieron en el “Sonora” para lanzar sus bombas caseras contra los barcos, ninguna de las cuales hizo impacto físico en algún navío, lo que sí se logró fue un golpe anímico a los marinos, quienes en su gran mayoría simplemente se lanzaron al mar, temerosos de que otro ataque ahora sí diera en el blanco, otros menos, tomaron sus rifles e intentaron disparar al avión, sin embargo el poco alcance de estas armas no fue enemigo para la aeronave, los barcos no podían utilizar sus cañones, pues lógicamente, no habían sido diseñados para repeler un ataque aéreo, sus torretas no podían elevarse lo suficiente para lograr un impacto, ni tenían sistemas de corrección de tiro, como en la actualidad. Aquella primera acción, dado que implicó el ataque aéreo a un barco, y desde éste hubo fuego contra el avión, es considerado por algunos como el primer combate aeronaval del mundo.
El cañonero "Guerrero" de la Marina Federal Mexicana
Otro hecho registrado ese día fue el primer lanzamiento de panfletos desde un avión, Masson y Bauche lanzaron propaganda carrancista sobre el puerto de Guaymas. Estas tareas de observación, bombardeo a blancos navales y terrestres, y lanzamiento de propaganda, fueron realizadas rutinariamente hasta agosto, y desde Guaymas hasta Mazatlán. Dean señala, sin embargo, la escasa efectividad de las bombas caseras, y anota que solo el 40% explotaban. No obstante, su mayor valor era mantener las escaramuzas con la flota Federal y las misiones de observación que proporcionaban información valiosa a las fuerzas en tierra.

Sin embargo, muchos otros piensan que ese 30 de mayo no debe considerarse como un auténtico combate aeronaval, pues no se logró repeler el ataque con los barcos, además todos los navíos eran del mismo bando. Aun así, el honor del primer combate aeronaval sigue recayendo en el Martin Pusher “Sonora”, en una acción posterior como veremos a continuación.
En agosto de 1913, Masson había renunciado al parecer por retrasos en su salario, además el “Sonora” sufrió de un aterrizaje forzado en Acaponeta, Nayarit, y las refacciones tardarían varios meses en llegar, así que se buscaba un nuevo piloto y mecánico para el “Sonora”, como decíamos, los 5 pilotos graduados de la Moisant recién habían llegado, y Gustavo Salinas Carmiña, sobrino de Carranza, fue presentado en Hermosillo a Álvaro Obregón, éste, ignorando que Salinas era piloto lo puso en contacto con Didier Masson para que lo instruyera antes de abandonar el país. Masson participaría años después en la Primera Guerra Mundial en el famoso Escuadrón Lafayette francés, donde se le recuerda por derribar a un avión alemán cuando su propio a avión se le había apagado el motor.
Gustavo Salinas Carmiña
Antes de partir, Didier Mason instruye a Salinas
Además de Gustavo Salinas, se contrató como mecánico al también mexicano Teodoro Madariaga, ambos empezaron a volar misiones de reconocimiento, y ataque a tierra para la campaña de Álvaro Obregón. Algunas fuentes citan que fue hasta este momento que el Pusher recibió el nombre “Sonora”.

Mientras tanto, en Guaymas, la flota militar seguía estacionada en el puerto, el 24 de febrero  de 1914 hubo un motín en el “Tampico”, se dice que por cuestiones de dinero, o bien por cuestiones de faldas, los tripulantes expulsaron a su capitán Manuel Castellanos, y su lugar lo ocupó el Tte. Hilario Rodríguez Malpica, simpatizando ahora con la causa Constitucionalista, el buque renegado abandonó Guaymas, en medio del fuego de las demás embarcaciones, severamente dañado, el “Tampico” fondeó en el puerto de Topolobampo, Sinaloa, una plaza que ya estaba en poder del ejército de Obregón.
El buque "Tampico", que se rebeló y se pasó al bando de los Constitucionalistas
Las órdenes de la flota fueron claras, salir a la caza del buque sublevado y atacarlo a la primera oportunidad, el “Tampico” fue sitiado en Topolobampo por el grueso de la flota naval Federal, si bien no ocurrieron mas que algunas escaramuzas, Rodríguez Malpica era consciente de la inferioridad de su nave, el 1 de abril le envía un telegrama a Obregón, informándole de la situación del barco y poniéndose a sus ordenes, la respuesta de Obregón fue ordenar que nadie saliera del buque y pronto le ofrecería ayuda para salir a flote.

Obregón se dirigió entonces de Guaymas a sitiar el puerto de Mazatlán, la flota Federal entonces tuvo que cambiar sus prioridades, y tuvo que dividirse, la mayoría de las naves se iba a Mazatlán a luchar contra Obregón, mientras que el “Guerrero” se quedaba en Topolobampo para impedir la salida del “Tampico”. El 31 de marzo Rodríguez Malpica se arriesgó para tratar de salir, entablándose un intenso combate entre las 2 naves mexicanas, ambos barcos quedaron dañados en la refriega, especialmente el “Tampico”, cuyo armamento era muy inferior al del “Guerrero”, y estaba encallado, con solo el cañón de popa en condiciones de disparar.

2 semanas después, el 14 de abril de 1914, el General Álvaro Obregón llegó a Topolobampo y abordó al “Tampico para conocer personalmente a Hilario Rodríguez Malpica, quien en su entusiasmo, y como todo oficial de marina, ordenó izar la bandera del barco en todo lo alto del mástil mayor, en señal de que un Comandante en Jefe se encontraba a bordo. Ignacio Torres, capitán del “Guerrero” comprendió que no podía haber otro Jefe en esa nave que no fuera el propio Obregón, y sabiendo que podía matar 2 pájaros de un tiro, se lanzó a atacar al “Tampico”.

Otro intenso combate inició entre las 2 embarcaciones, el “Tampico” estaba sucumbiendo una vez más ante el “Guerrero”, cuando la distancia entre ambas naves fue crítica, desde la costa una figura se acercaba, era el “Sonora”, pilotado por Gustavo Salinas, y acompañado por Teodoro Madariaga, en esta ocasión portaban bombas caseras en unos soportes adaptados bajo las alas. 
El Martin Pusher "Sonora", listo para el combate
El “Sonora” sobrevoló al “Tampico” y se abalanzó sobre el “Guerrero”, al cual le lanzaron sus bombas, éstas pegaban en uno de los costados y en sus cercanías, levantando grandes chorros de agua. El pánico cundió entre los marineros, que se lanzaron al mar. Luego de evaluar los daños, Ignacio Torres ordenó la retirada inmediata, por primera vez en la historia el uso del avión había decidido el curso de una batalla, los buques de guerra estaban indefensos ante esta nueva amenaza. Luego de la Batalla de Topolobampo, que muchos califican como el primer combate aeronaval de la historia (y no el de Guaymas), se perdió el dominio absoluto huertista en el mar, el “Tampico” participó en algunas batallas más, pero los barcos federales nunca más se acercaron tanto a la costa por temor a un ataque aéreo. (sobre el destino del Tampico ver: http://drsamuelbanda.blogspot.mx/2012/01/la-historia-contiene-menudo-pasajes-que.html)
Una imagen casi inédita: el biplano Sonora sobrevolando al Guerrero, sobre el que descargó sus bombas, desconozco si esta imagen es durante los sucesos de Topolobampo, Guaymas o si es alguna especia de fotomontaje
El General Álvaro Obregón posa aquí junto a Gustavo Salinas, con el avión "Sonora" al fondo
En materia civil destaca el último vuelo de Don Joaquin de la Cantolla y Rico, el 25 de enero de 1914, en la Ciudad de México. Previamente Cantolla se había acercado a Alberto Braniff, y le dijo que sería feliz de volver a volar en globo, por lo cual Braniff lo invitó a volar unos días después.

Don Joaquín señaló que “nunca había subido tan alto”, el globo fue a aterrizar en un paraje dominado por las fuerzas zapatistas, quienes dispararon al artefacto tratando de derribarlo, para susto de Cantolla, afortunadamente, la intervención del Ejército Federal disipó a los rebeldes.
2 hombres de tiempos distintos: Don Joaquín de la Cantolla, vistiendo de smoking, como buen representante del México imperial de Maximiliano, el joven Braniff, aventurero, con esa imagen revolucionaria que lo caracterizó
Luego del viaje de regreso, al llegar a su casa, Don Joaquin de la Cantolla y Rico sufrió una caída de unas escaleras, falleciendo unos días después. Así moría el famoso pionero de los globos aerostáticos en México.

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BIBLIOGRAFIA:

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