En estas fechas las imágenes del cosmos son ideales para acompañar las festividades, así que vayamos a dar un paseo cómico:
Empezamos desde luego, con el evento del año en términos astronómicos: la conjunción de Júpiter y Saturno, fenómeno que no ocurría desde hace unos 800 años, y tuvo lugar este 21 de diciembre, dada la fecha, algunos la han asociado a la legendaria estrella de Belén, que según la tradición cristiana, guió a los tres Reyes Magos.
Aquí algunas fotos, incluyendo varias de mi autoría.
En esta imagen del 16 de diciembre, tenemos ya la proximidad de ambos planetas en el firmamento, complementa la imagen la Luna en cuarto creciente, ofreciendo así una gran imagen.
En esta otra magnífica toma el dia 17, con varias de las lunas de Júpiter claramente reconocibles.
Haciendo uso de una cámara común y corriente, algo de software y muucho, pero muucho pulso y paciencia, logré esta imagen, donde con un poco de imaginación, se pueden distinguir las bandas de la atmosfera jupiteriana.
A propósito del gigante rojo, en esta espectacular toma apreciamos la Gran Mancha Roja, una extraña tormenta que se desplaza contrariamente al resto de los vientos del planeta. Fue vista por primera vez hace cosa de unos 300 años, y en ella caben varias decenas de Tierras. En la parte más superior de la imagen podemos ver a Ío, una de las lunas de Júpiter.
Otra más de Júpiter, ahora en infrarrojo, lo que permite inferir que las tormentas eternas que sacuden al planeta tienen cantidades distintas de calor, y por ende, una composición química dierente.
Volvamos ahora a la Tierra para ver esta bella postal de lo que pareciera ser un planeta anillado a poca distancia de nuestro mundo, pero no es más que la Luna, cruzada por una banda nubosa.
A unas cuantas centenas de kilómetros de nuestras cabezotas flota la Estación Espacial Internacional, o ISS por sus siglas en inglés. En este caso tenemos la sombra de la Luna en la superficie terrestre, es decir, un eclipse.
Vámonos al espacio profundo, con esta toma del cúmulo de Ptolomeo, también conocido como cúmulo abierto Messier 7, o NGC 6475. Recibe este nombre directamente del famoso astrónomo que lo descubriera en el año 130, en la constelación de Escorpio, a unos 2000 años luz de nuestras cabezotas, lo que implica que seguramente era el aspecto que tenía el Cumulo en los tiempos de Cristo.
M24, también conocida como la Nube Estelar Menor de Sagitario, en la constelación homónima, se ubica a poco más de 3000 pársecs de nosotros, o lo quee es lo mismo, unos 10,000 años luz. Varios miles de millones de estrellas se ubican en la perspectiva aunque en realidad no están juntas por no estar a la misma distancia, pero dan ese aspecto de una densa nube de estrellas de unos 600 años luz de extensión. Un par de nebulosas opacan parcialmente la vista.
El asteroide 101955 Bennu. Lleva este nombre en referencia al pájaro mitológico de los egipcios, involucrado en la creación del mundo, e interrelacionado con Aton y Ra, las deidades del Sol. Dicho nombre fue elegido en un concurso y se eligió a propósito dado que iba a ser visitado por la sonda espacial OSIRIS-REx (Origins, Spectral Interpretation, Resource Identification, Security, Regolith Explorer), y además del claro e intencionado nombre egipcio, la sonda recordaría vagamente la forma del pájaro Bennu. Hablando del asteroide, pertence al grupo de objetos cercanos a la Tierr (NEOs), coon un periodo orbital de 1.2 años, su diametro es de aproximadamente 500 metros y se compone principalmente de minerale carbonáceos, como bien podrá confirmar la sonda OSIRIS-REx, que en diciembre de 2018 tomó esta imagen, se posó en su superficie, tomó 60 gramos de muestras, y se puso en espera para iniciar su regreso a casa en marzo próximo, está previsto que la cápsula con las muestras llegue a la Tierra en septiembre de 2023.
No hay comentarios:
Publicar un comentario