He dedicado gran parte de mi vida profesional al ejercicio de la Medicina Legal y Forense, para la Fiscalía del estado, hoy como nunca sujeta a escrutinio como todo el que me lee ya sabe puesto que su búsqueda lo condujo a mi blog, esto debido al caso de la Dra. Azucena Calvillo Carrillo, privada al parecer ilegalmente de su libertad para luego ser presentada como ejecutora de un doloso intento de homicidio de un Magistrado internado en área COVID, en donde el tráfico de influencias parece ser el principio rector del caso.
Cuando entré a este mundillo sabía perfectamente a qué me enfrentaba, y sin embargo, hoy después de tantos años, tengo que decir que por primera vez estoy decepcionado de mi Institución.
Decir que la Fiscalía está libre de pecado es ciertamente una falacia, sin embargo, es cierto que, al igual que los médicos, la gran mayoría de los peritos, ministerios públicos y policías no nos levantamos cada mañana pensando en a quién le vamos a joder la vida hoy, somos simples personas tratando de hacer nuestro trabajo, son aquellos en las altas esferas de influencia quienes usan nuestro esfuerzo para mal.
He visto varias detenciones arbitrarias como la ocurrida ayer con la Dra. Calvillo, en todos esos casos mi cínica conciencia justificaba el hecho porque siempre habían sido detenidos así los criminales de la peor calaña: asesinos, violadores, feminicidas, seres peligrosos para la sociedad y/o que estaban a punto de evadirse de la justicia, mi conciencia lo justifica también, porque en muchos de esos casos fui yo el que valoró a las víctimas en vida o les practiqué la autopsia, y fui testigo de primera mano del sufrimiento al que fueron sometidas por ese individuo al que se detiene aún sin cumplir las condiciones de flagrancia.
Pero la Dra. Calvillo difícilmente podría pertenecer a ese tipo de personas lacras y lastres para la sociedad. Privarle de su libertad desde anoche y decir que fue hasta hoy al medio día que se giró la orden de aprehensión, es carente de apego a lo que marca el Código de Procedimientos Penales, especialmente si tenemos en cuenta que la única forma legal de detener sin orden a una persona es si existe flagrancia (atrapado en el acto, persecución material, señalamiento incuestionable y/o posesión de algún indicio material relativo al delito). Y la flagrancia en este caso es de lo más cuestionable.
Ha sido la propia Fiscalía la que nos ha hecho ir a decenas de cursos de garantías individuales y Derechos Humanos, cursos que hacen a veces a costa de nuestro tiempo y de nuestra buena o mala disposición, y que sea la propia institución la que haga esto, tan obvio, tan tonto, pues sí que desmoraliza.
Hoy me da pena ver a la Fiscal a dar una conferencia atropellada, a medias palabras, con una historia que me resulta inverosímil: la doctora fue captada dentro del área covid por las cámaras del Hospital, y se ve que trata de extubar al paciente, quitándole así el apoyo del ventilador mecánico, pero al sonar la alarma del aparato, ella huyó, dejando tras de sí una jeringa con una "sustancia", misma que seguramente le iba a administrar para matarlo... ¿desde cuándo un hospital tiene cámaras de circuito cerrado en su Unidad de Cuidados Intensivos?, ¿o en un área COVID?, cámaras que además enfoquen al rostro del paciente, para poder ver que está intubado (esto claro, a costa de la privacidad del propio paciente), o mejor aún, que permitan visualizar la cara de las personas a través del equipo de protección personal, deben ser cámaras con alto grado de sofisticación tecnológica, sin duda.
Pues si el hospital en cuestión puede costearse cámaras con semejante calidad, entonces seguramente no tendría carencias materiales de ningún tipo.
Nada tendrá que ver, que la victima de este delito, si ocurrió en verdad, sea un Magistrado, y la denunciante, hermana de la víctima, sea una Delegada del IMSS, que alguna vez estuvo en puestos de poder en este Estado. El caso apesta a tráfico de influencias, y la prensa lo puede oler, como el tiburón huele la sangre.
Habrá que ver si el Magistrado se recupera de la enfermedad, y escuchar qué tiene que decir en este caso donde se ha convertido en una suerte de trofeo.
Y sí, yo mismo le he "echado la mano" a algunos Magistrados, cuando les ha muerto un familiar. "No se apure, mi lic, mi mejor. Véngase a mi oficina, con la papelería de su fallecido, y yo le lleno el certificado de defunción", directo, sin enfrentar el engorroso papeleo institucional que significa morirse. Así nomás, de compas, por la simple amistad y gratitud, sin esperar ninguna dádiva a cambio, sin perjudicar a nadie. Ahora que lo pienso, es algo que hecho por muchos amigos, maestros, alumnos y ex-alumnos, y también por gente que ni conozco, pero que acude al servicio al no saber qué hacer en tan funestos casos, y a uno le gana a veces la empatía.
En descargo de mis compañeros de trabajo, los que estamos hasta abajo en la cadena de mando, he de decir que conozco personalmente a uno de los Ministerios Públicos que intervino (o intervendrá) en la investigación, trabajé con él varios años mientras estuvo acá en mi ciudad, y es de los varios que aún no se vuelven cínicos, que trata de conservar su integridad moral. Muchas veces te vi renegar cuando la gente quería hacer las cosas por debajo del agua. Hoy debes estar pasando por un gran estrés, no quisiera estar en tus zapatos.
Ya los chismes de redes hablan de simulación. Nuestra propia Florance Cassez, nuestra propia "verdad histórica".
Sencillmente vergonzoso.
Y para los sapos que siempre me leen en redes y van de chismosos con los jefes, hoy me importa un cacahuate,. Que me levanten un acta administrativa si es que es lo conducente.
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