PARTE 2
PARTE 3
PARTE 4
A MODO DE EPILOGO
Así acabó aquel episodio del
Athena en México: la misión de rescate, la radiactividad, el uso de aviones, el
secretismo, la urgencia de sacar toda la tierra, la necesidad y pobreza de las
poblaciones cercanas… todo estaba dado para que en los siguientes años la
semilla del mito rindiera frutos.
La Zona del Silencio se convirtió en sitio de
visitas de todo tipo de embaucadores, a quienes los pobres ejidatarios ven
tanto como fuentes de ingreso como de perjuicio, algunos inventan historias
fantasiosas para los “turistas”, y éstas se reproducen al pie de la letra en múltiples
sitios de internet, donde son tomadas como verídicas de facto. No obstante nunca
nadie en los casi 50 años de mitos, ha fotografiado a detalle un solo OVNI o
alienígena, nadie ha registrado las presuntas alteraciones magnéticas con
instrumentos adecuados, o ha capturado algún súper animal monstruoso.
Muchas de las rocas que la gente
identifica (y en algunos casos comercializa) como meteoritos o “aerolitos”, son
en realidad un mineral propio del desierto: el “barniz del desierto”, un
recubrimiento negruzco a rojizo rico en óxidos de hierro y manganeso que se
forma en las rocas debido a la actividad bacteriana, propia de ambientes secos
que alguna vez fueron lechos marinos, y hace que a las piedras desérticas se
les confunda con meteoritos de propiedades magnéticas.
Barniz del desierto |
Sin embargo, sólo tres piezas de la zona y sus cercanías se han certificado plenamente como meteoritos, y son el meteorito Escalón (Escalón, Chih, 54 gr), el meteorito Esmeralda (Laguna del Rey, Coah, 483 gr), y el meteorito Jaralito (Jaralito, Dgo, 11 kilos). Estadísticamente hablando, la
Zona del Silencio presenta tasas de caída de cuerpos celestes similares a las
de cualquier otro lugar de la Tierra, así que difícilmente un fenómeno
magnético local atrae cuerpos del espacio.
Para refutar a los paranormalistas
y ufólogos baste decir que una anomalía de las dimensiones que ellos
pintan ya habría atraído multitud de
satélites hechos por el hombre, grandes auroras se verían a diario en el cielo,
el bólido que asoló Tunguska en 1908 debió caer en la zona, lo mismo aplicaría
al meteorito Chelyabinsk de 2013, y entre menos hablemos del asteroide de hace
65 millones de años, mejor.
No obstante el ambiente de la
zona es único y tiene especies propias: 31 especies de plantas endémicas, como
ciertas clases de cactáceas, y 75 especies de animales protegidos, destacando
la tortuga del desierto, actualmente declarada especie vulnerable. También es
posible hallar fósiles y puntas de flecha en cantidades respetables, dado el
pasado paleontológico y prehispánico de la región.
Gohperus flavomarginatus, la tortuga más grande de Norteamérica, actualmente especia vulnerable y protegida |
En 1979 el área fue declarada
parte de la Reserva de la Biosfera del Bolsón de Mapimí y un laboratorio había
sido construido junto al Cerro San Ignacio el año anterior, a fecha de 2000 la
productividad científica de la reserva era de 322 publicaciones, incluyendo 58
tesis y 53 capítulos en libros, se trata de artículos especializados en
botánica, zoología, paleontología, edafología, geología, ecología e historia
local. A menudo los “zoneros”, que nunca han leído alguno de estos trabajos
científicos, creen que en el laboratorio se investiga la actividad paranormal y
las anomalías magnéticas de la zona, acuden al lugar donde si bien se les
recibe cordialmente, pueden llegar a obstaculizar las labores de los biólogos,
pues aparte de despojar la región de fósiles y tirar basura, creen que la
reserva es una especie de hotel.
Laboratorio del desierto, conocido como la biosfera, o "bioesfera", por los turistas extranjeros |
Mapa detallando el área protegida de la Reserva del Bolsón de Mapimí |
Un observatorio astronómico fue
construido en 1999, cerca de la confluencia de los tres estados, junto al
rancho Las Lilas, diseñado por el entonces pasante de ingeniería Eduardo Hernández,
posteriormente lo pasó al Ejido Monterreycillo, municipio de Lerdo, y
actualmente se encarga del observatorio en el Planetario de Torreón.
Sin embargo muchos
pseudoinvestigadores como Jiménez del Oso, Santiago García, J.J. Benítez o
Jaime Maussan, al margen de programas especulativos como los del History
Channel, han seguido perpetuando el mito debido a que les genera ingresos
producto de la venta de libros, souvenirs y otra tanta parafernalia.
Incluso se involucró en esta
maraña de mentiras al piloto Francisco Sarabia, su calidad de héroe nacional
originario de la región le daría legitimidad al mito: los embaucadores señalan
que en la década de 1930 Sarabia habría sido el primero en reportar las
“anomalías de radio” y se vio obligado a aterrizar de emergencia. Nunca he
encontrado referencias en prensa o en los escritos alusivos a Sarabia sobre tal
acontecimiento, además de que el radio no es indispensable para mantener el
vuelo. Hoy en día los grandes aviones comerciales, dependientes por completo
del electromagnetismo, sobrevuelan la zona de manera cotidiana, y nunca les ha
pasado nada.
ACTUALIZACIÓN 2018: Ejemplos de aeronaves de las muchas que diariamente sobrevuelan la Zona del Silencio |
ACTUALIZACIÓN - 30 de diciembre 2016. Telegrama oficial de la NASA al periódico La Opinión, donde Wernher Von Braun negó haber estado en Ceballos. Data de abril de 1970, un mes después de las declaraciones de Harry de la Peña, y tres meses antes del incidente Athena. Foto de Luis Anaya vía el grupo de Facebook Leyendas Laguna |
Jaime González Sepúlveda siguió
al frente de los policías rurales en Ceballos, fue parte importante en las
agrupaciones que promovieron el turismo en la zona, pero abusó frecuentemente
de su autoridad, en 1976 murió a causa de un enfrentamiento con uno de sus
subordinados luego de que le confiscó su pistola. González Sepúlveda mató en el
acto al rural, pero sus propias heridas le costaron la vida días después. Este
hecho no hizo sino añadirse al folklor naciente de la zona, incluso existe el
rumor de que el enfrentamiento fue en realidad por un asunto de faldas. Hay
canciones en su honor.
En lo referente al avión
utilizado para encontrar la cápsula del Athena, el Beechcraft Twin Bonanza
N702B, el grupo EG&G lo vendió en algún momento (evidentemente sin el
instrumental de detección), y pasó a manos de un tal Bill Dempsey, de Tucson,
Arizona, de ahí en más la aeronave ha pasado por diversos dueños, durante
muchos años sirvió para lanzar paracaidistas, en 2008 se encontraba ya en
pésimas condiciones en Montreal, con la matrícula C-FUZE, pero desde 2015 su
propietario actual (con quien pude intercambiar mensajes poco antes de publicar este trabajo) lo ha estado restaurando y volvió a volar en septiembre de
dicho año, porta la matrícula N824GF,
y se encuentra en Sioux City, Iowa.
El Beech Twin Bonanza que descubrió la capsula del Athena, en sus años mas aciagos antes de ser restaurado. |
Del fracaso del Athena V123D, se
asegura que no hay datos concluyentes, tal vez en 2020, cuando se cumplan 50
años del incidente, algún material podría ser desclasificado y arrojar más luz
sobre las causas. Extraoficialmente se sabe que la cuarta etapa pudo haber
tenido un fallo y se encendió prematuramente, impulsando la etapa final con la
cápsula más alto de lo previsto, lo que hizo que el cohete describiera un arco
parabólico mucho más amplio y terminó cayendo en nuestro país. No se “desvió”
como aseguran los conspirópatas.
Finalmente, ver para creer, y el
que esto escribe ha estado un par de veces en la región, de noche y por
cuestiones de trabajo, uno no puede dejar de admirar la belleza de las
estrellas que en la ciudad es imposible de reconocer, luces móviles recorren el
cielo constantemente, pero se trata de satélites artificiales, nada he visto en
persona, o en evidencia incontrovertible, que sea más anormal que eso.
Luna llena en los alrededores de Ceballos, Dgo. |
ACTUALIZACION 2022: Una serie de 3 videos con entrevistas a expertos locales y nacionales, con nuevas revelaciones, puede ser vista aquí:
Muy interesante su publicación y que me abre los ojos ante muchos mitos que se dicen de "La zona del Silencio".
ResponderEliminarme podrian mandar las coordenadas exactas del lugar donde cayo el cohete. lo he intentado rastrearlo por gps, google maps y google earth y no lo encuentro ya que no tiene un punto registrado
ResponderEliminarDr. Samuel Banda, me gustaría entrevistarlo en torno a su investigación de la Zona del Silencio. ovnigonzalez@hotmail.com
ResponderEliminarHola, yo he estado en la zona una vez y no detecté ninguna anomalía en ningún aparato, pero me intriga saber de qué se tratan estas marcas en el suelo del desierto. https://goo.gl/maps/rYaVn2LS3yT2 Los círculos miden alrededor de 40m y las líneas hasta medio Km.
ResponderEliminarHola,
ResponderEliminarTendrás un número telefónico o correo electrónico para una duda?
Gracias!
Excelente nota doctor! Hace tiempo que no visitaba su blog. Muchas gracias por ilustrarnos con sus investigaciones. Saludos!
ResponderEliminarInteresante leo esto en octubre 2021 ¿ podria regalarme 5 minutos para hacerle unas preguntas y una petición? Atte Gustavo Rodríguez Reyes cel 8711729990 email gustavorodriguezreyes@gmail.com
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