Hace apenas 6 meses el mundo veía con orgullo el primer vuelo con tripulación completamente femenina en Afganistán. Kam Air, la aerolínea que realizó el vuelo, pasaba así a los anales de la historia.
El futuro para estas mujeres lucía prometedor, con oportunidades de desarrollo profesional en su propio país.
Hoy el mundo observa con sospechoso silencio mientras las escenas de miles de infortunados afganos tratando de entrar a los aviones que dejan Kabul, incluso corriendo junto a ellos en la pista y colgándose con funestas consecuencias, nos recuerdan a aquellas imágenes hace casi 50 años, cuando cayó Saigón. El régimen talibán ya está en estos momentos en la capital de Afganistán.
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| La misma aerolínea hace unas horas |
Ojalá que las chicas de Kam Air y la mayor cantidad posible de mujeres afganas hayan escapado. Hoy Afganistán solamente puede ofrecerles violación y muerte, y no necesariamente en ese orden.
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