Se cumplen 55 años del famoso asesinato del Presidente John Fitzgerald Kennedy, en un acto que conmovió al mundo por ser filmado y documentado como pocas, veces, pero también un crimen sin resolver durante medio siglo, y que ha dado lugar a que numerosas teorías hayan surgido a lo largo de las décadas, muchas de ellas, como la del segundo tirador apostado al frente de JFK, que sin embargo, puede desvirtuarse con un poco de conocimiento de Medicina Forense y de sentido común.
Desde hace años el informe de Autopsia de JFK ha estado disponible en internet como un documento desclasificado, pero sólo en inglés y en formato escaneado a PDF. El que esto escribe ha hecho esta traducción al español meramente personal, creo que por ahora no hay tal, en la que además incluiré fotografías y mis comentarios a modo de notas insertas entre paréntesis y a distinto tipo de letra:
Apéndice IX:
Reporte de Autopsia y Reporte suplementario
Protocolo de autopsia A63-272
Fecha y hora de muerte: 22 de noviembre de 1963, 13:00 (CST)
Prodisector: CDR. J. J. Humes, MC, USN
Asistentes: CDR “J” Thornton Boswell, MC, USM, LCol Pierre A. FInck, MC, USA
Altura: 72 ½ pulgadas
Peso: 170 libras
Ojos: azules
Cabello: Café rojizo
Diagnósticos Patológicos: Herida por disparo de arma de fuego, cabeza.
Organización militar: Estados Unidos, Presidente
Edad: 46, Sexo: masculino. Raza: Caucásico.
Kennedy, John F.
Escuela Naval de Medicina
RESUMEN CLINICO:
De acuerdo con la información disponible, el fallecido, el Presidente John F. Kennedy, circulaba en un coche abierto en un desfile de automóviles durante una visita oficial a Dallas, Texas el 22 de noviembre de 1963. El Presidente estaba sentado en el asiento trasero derecho con la Señora Kennedy en el mismo asiento a su izquierda. Sentado directamente frente al Presidente estaba el Gobernador de Texas John B. Connolly y directamente frente a la Sra. Kennedy estaba la Sra. Connolly. El vehículo se movía a una tasa lenta de velocidad en hacia abajo en una pendiente bajo un paso deprimido que lleva a una ruta de autopista hacia el Mercado Comercial de Dallas donde el Presidente iba a ofrecer un discurso.
Se escucharon tres disparos y el Presidente cayó hacia adelante sangrando de la cabeza (el Gobernador Connolly fue herido seriamente por el mismo fuego). De acuerdo con reportes de periódicos (Washington Post, 23 de noviembre de 1963), Bob Jackson, fotógrafo del Dallas Times Herald, dijo que miró alrededor cuando oyó los disparos y vio el cañón de un rifle desapareciendo en una ventana en el piso superior del cercano edificio del Repositorio de Libros Escolares de Texas.
Poco después de la lesión de ambos hombres el automóvil fue conducido al Hospital Parkland de Dallas. En la sala de emergencias de dicho hospital el Presidente fue atendido por el Dr. Malcolm Perry. Una comunicación telefónica con el Dr. Perry el 23 de noviembre de 1963 desarrolla la siguiente información relativa a las observaciones hechas por el Dr. Perry y los procedimientos realizados allí previos a la muerte.
El Dr. Perry observó una herida masiva en su cabeza y una segunda herida mucho más pequeña en la parte baja y anterior del cuello aproximadamente en la línea media. Se efectuó una traqueostomía extendiendo la segunda herida (una traqueostomía es una incisión en el cuello para introducir un tubo directo a la tráquea, que suele conectarse a un ventilador artificial). En este punto se observó aire sangriento burbujeando de la herida y una lesión de la pared lateral derecha de la tráquea. Se realizaron incisiones bilaterales en la parte anterosuperior de la pared torácica para combatir un posible enfisema subcutáneo (acumulación de aire debajo de la piel, en caso de perforación a tórax y lesión pulmonar o de vía aérea). Se iniciaron infusiones intravenosas de sangre y solución salina y se administró oxígeno. A pesar de estas medidas ocurrió falla cardiaca y el masaje cardiaco cerrado fracasó en reestablecer la actividad cardiaca. El Presidente fue declarado muerto aproximadamente treinta a cuarenta minutos tras recibir sus heridas.
(Conviene mencionar en el frenesí de los médicos ante el suceso, es porbable que los galenos vieran de inicio la magnitud de la lesión encefálica, que sin lugar a dudas era incompatible con la vida, con posterioridad un Neurocirujano pudo valorar la lesión)
Los restos fueron transportados vía el Avión Presidencial a Washington, D.C., y subsecuentemente a la Escuela Naval de Medicina, del Centro Médico Naval Nacional, en Bethesda, Maryland, para su examen post-mortem.
DESCRIPCION GENERAL DEL CUERPO:
El cuerpo es el de un individuo masculino, adulto caucásico, muscular, bien desarrollado y bien nutrido, que mide 72 ½ pulgadas y pesando aproximadamente 170 libras. Presenta rigor mortis (rigidez) incipiente, livor mortis (livideces) mínimo en el dorso y algor mortis (enfriamiento) temprano. El cabello es café rojizo abundante, los ojos son azules, la pupila derecha mide 8 mm en diámetro, la izquierda 4 mm (la asimetría de las pupilas es uno de los más claros indicadores de lesión cerebral). Existe edema y equimosis (hematoma) en el canto interno del parpado izquierdo midiendo aproximadamente 1.5 cm en su diámetro mayor. Existe edema y equimosis difusa sobre el margen supraorbitario derecho con movilidad anormal del hueso subyacente (lo cual es indicativo de fractura). (El resto del cuero cabelludo será descrito con el cráneo.)
Existe sangre coagulada en los oídos externos, pero además de los oídos, la narinas y boca son esencialmente carentes de importancia. Los dientes están en excelente estado y existe alguna palidez de la mucosa oral.
Existe una herida oval de 7x4 milímetros situada en la cara superior derecha del tórax posterior, justo por encima de el borde superior del omoplato. Esta herida está a 14 cm de la punta del acromion derecho y a 14 cm por debajo de la punta de la apófisis mastoides derecha.
En la parte baja anterior del cuello aproximadamente al nivel de tercer y cuarto anillos traqueales existe una herida transversa de 6.5 cm de longitud, con bordes irregularmente abiertos. (La profundidad y características de estas heridas serán descritas más abajo.)
Situadas en la cara anterior del tórax en la línea de los pezones existen incisiones quirúrgicas recientes y bilaterales de 2 cm de longitud hasta el tejido subcutáneo. La de la izquierda esta situada a 11 cm superiormente al pezón y la de la derecha a 8 cm superior al pezón. No hay hemorragia o equimosis asociadas a estas heridas. Una herida similar, limpia, de 2 cm en longitud se ubica en la cara anterolateral de la parte media del brazo izquierdo. Situadas en la cara anterolateral de cada tobillo existe una incisión transversa reciente de 2 cm hasta el tejido subcutáneo.
Existe una incisión abdominal de McBurney antigua de 8 cm (este tipo de incisión es la clásica apendicectomía). Sobre la espina lumbar en la línea media existe una cicatriz de 15 cm. Situada en la cara anterolateral superior del muslo derecho existe una cicatriz de 8 cm.
HERIDAS DE PROYECTILES:
1.- Existe un defecto irregular grande en el cuero cabelludo y cráneo involucrando principalmente el hueso parietal pero de alguna manera extendiéndose a las regiones temporal y occipital. En esta región hay una ausencia franca de cuero cabelludo y hueso produciendo un defecto que mide aproximadamente 13 cm en su diámetro mayor.
De los márgenes irregulares del defecto arriba descrito se extienden desgarros en forma estelar hacia el cuero cabelludo mas o menos intacto de la siguiente manera:
a. Del margen temporal inferior derecho, anterior a la oreja derecha hacia un punto ligeramente superior al tragus.
b. Del margen parietal anterior, anteriormente a la sien hacia aproximadamente 4 cm sobre el margen supraorbitario derecho
c. Del margen izquierdo del defecto principal sobre la línea media en sentido anterolateral por una distancia de aproximadamente 8 cm.
d. Del mismo punto de origen cerca de 10 cm en sentido posterolateral.
Existe una herida lacerada midiendo 15x6 mm situada en la parte posterior del cráneo aproximadamente a 2.5 cm a la derecha y ligeramente superior a la protuberancia occipital externa. El hueso subyacente corresponde con una herida a través del cráneo la cual muestra bisel de los márgenes del cráneo cuando se le ve desde la cara interna del cráneo.
En Medicina Forense se suele hablar del "Cono Truncado de Bonnet", un signo que orienta a la dirección de un proyectil al ingresar o salir del cráneo, ya que se va haciendo más grande conforme va pasando, describiendo un cono biselado en las capas del hueso, en este caso, el bisel apunta a la cara interna del craneo, por lo tanto el orificio se ve más grande desde adentro, indicando así que el orificio de la región occipital corresponde a una entrada.
Visible claramente en el defecto del cráneo arriba descrito, y exudando de éste, se encuentra tejido cerebral lacerado que a una inspección cercana representa la mayor parte del hemisferio derecho. En este punto se observa que la hoz del cerebro está extensamente lacerada con disrupción del seno sagital superior (una vena voluminosa ubicada en la división de ambos hemisferios cerebrales).
Una vez reclinado el cuero cabelludo se ven múltiples fracturas que irradian tanto desde el defecto grande como desde la herida pequeña en el occipucio. Éstas varían grandemente en longitud y dirección, midiendo la mas larga aproximadamente 19 cm. Éstas resultan en la producción de numerosos fragmentos los cuales varían en tamaño de unos pocos milímetros hasta 10 cm en su diámetro mayor.
La complejidad de estas fracturas y los fragmentos así producidos impiden una descripción verbal satisfactoria y son mejor apreciados en las fotografías y roentgenogramas (radiografías) que se prepararon.
El cerebro es removido y preservado para su posterior estudio luego de fijación en formalina.
Hay tres fragmentos de cráneo recibidos desde Dallas como especímenes separados, los cuales en su conjunto se aproximan a las dimensiones del defecto mayor descrito arriba. En un ángulo del mas grande de estos fragmentos existe una porción del perímetro de una herida circular presumiblemente de salida, la cual exhibe biselado hacia la tabla externa del cráneo (lo comentado arriba para el signo del "cono truncado". pero ahora indicando salida) y se estima que mide aproximadamente 2.5 a 3 cm. Los roentgenogramas de este fragmento revelan partículas minúsculas de metal en el hueso en este margen. Los roentgenogramas del cráneo revelan múltiples fragmentos metálicos minúsculos a lo largo de una línea que une la herida pequeña en la región occipital y el margen supraorbitario derecho. De la superficie desgarrada de la corteza cerebral derecha se recuperan dos fragmentos pequeños de metal de forma irregular. Éstos miden 7x2 mm y 3x1 mm. Se colocan en custodia de los Agentes Francis X. O’Neill Jr., y James W. Sibert, del Buró Federal de Investigaciones, quienes realizaron un recibo para ello (adjuntado).
2.- la segunda herida de presunta entrada es la arriba descrita, en la parte superior derecha de la cara posterior del tórax. Debajo de la piel existe equimosis del tejido subcutáneo y de la musculatura. El trayecto del proyectil a través de la fascia y musculatura no pudo ser sondeado con facilidad (durante las autopsias es común introducir sondas o estiletes a través de las heridas para explorar su trayecto y profundidad, así como posibles salidas). La herida de presunta salida fue la descrita por el Dr. Malcolm Perry en Dallas, en la región inferior de la cara anterior del cuello. Cuando el Dr. Perry la describió, la herida midió “unos pocos milímetros en diámetro”, sin embargo fue extendida al realizarse una incisión de traqueostomía, y por lo tanto sus características están distorsionadas al momento de la autopsia (una práctica común en los servicios de Urgencias es aprovechar orificios de heridas para realizar drenajes o nuevas incisiones, tal fue el caso de JFK, pero que no obstante, alteran la morfología de la lesión original, y representan un verdadero problema para el Médico Forense).
Sin embargo, existe equimosis considerable de los tendones de los músculos del lado derecho del cuello y en la fascia sobre la tráquea, adyacente a la línea de la herida de traqueostomía. El tercer punto de referencia que conecta estas dos heridas se encuentra en el vértice de la cavidad pleural derecha (porción supraclavicular). En esta región existe contusión de la pleura parietal (la pleura es un par de capas, visceral y parietal, que recubren a los pulmones) y de la porción apical del lóbulo pulmonar derecho. En ambas instancias el diámetro de contusión y equimosis en el sitio de máxima extensión mide 5 cm. Tanto la pleura parietal como la visceral, están intactas y cubriendo estas áreas de trauma (esto significa que aunque la bala que ingresó en el cuerpo de JFK por la espalda no penetró al torax, sí "golpeó" la pleura y el pulmon al transmitir la fuerza de su impacto a las estrucutras de alrededor).
La herida en el cuello, tal como se la viera por los medicos del Parkland Hospital, y luego de haber sido modificada para efectuar la traqueostomía de emergencia |
Sin embargo, existe equimosis considerable de los tendones de los músculos del lado derecho del cuello y en la fascia sobre la tráquea, adyacente a la línea de la herida de traqueostomía. El tercer punto de referencia que conecta estas dos heridas se encuentra en el vértice de la cavidad pleural derecha (porción supraclavicular). En esta región existe contusión de la pleura parietal (la pleura es un par de capas, visceral y parietal, que recubren a los pulmones) y de la porción apical del lóbulo pulmonar derecho. En ambas instancias el diámetro de contusión y equimosis en el sitio de máxima extensión mide 5 cm. Tanto la pleura parietal como la visceral, están intactas y cubriendo estas áreas de trauma (esto significa que aunque la bala que ingresó en el cuerpo de JFK por la espalda no penetró al torax, sí "golpeó" la pleura y el pulmon al transmitir la fuerza de su impacto a las estrucutras de alrededor).
INCISIONES:
Las heridas del cuero cabelludo son extendidas en el plano coronal para examinar el contenido craneano y se usa la incisión acostumbrada en “Y” para examinar las cavidades corporales.
CAVIDAD TORACICA:
La jaula torácica es irrelevante. Los órganos torácicos están en sus posiciones y relaciones normales, y no hay incremento en el liquido pleural. Se observa el área previamente descrita de contusión en la porción apical de la cavidad pleural derecha.
PULMONES:
Los pulmones son de apariencia esencialmente similar, pesando el derecho 320 gr, y el izquierdo 290 gr. Los pulmones se encuentran bien aireados y con superficies pleurales brillantes de color gris rosado. Un área de coloración rojo-violácea de 5 cm de diámetro, de firmeza aumentada a la palpación se localiza en la porción apical del lóbulo pulmonar derecho. Esto se corresponde con el área similar descrita en la pleura parietal suprayacente. La incisión en esta región revela hemorragia reciente en el parénquima pulmonar.
CORAZON:
La cavidad pericárdica es de pared suave y contiene aproximadamente 10 cc de liquido color pajizo (liquido pericárdico). El corazón es de contorno esencialmente normal y pesa 350 gr. Se abre la arteria pulmonar in situ y no e observan anormalidades. Las cámaras cardíacas contienen cantidades moderadas de sangre coagulada post-mortem. No existen anormalidades notables de las valvas de cualquiera de las válvulas cardíacas. Las siguientes son las circunferencias de las válvulas: Válvula aortica: 7.5 cm, Válvula Pulmonar 7 cm, Válvula tricúspide 12 cm, Válvula mitral 11 cm. EL miocardio es firme y de color rojizo café. El miocardio del ventrículo derecho mide 1.2 cm de grosor promedio, el del ventrículo izquierdo es de 0.4 cm. Se disecan las arterias coronarias y estas son de distribución normal, de paredes suaves y elásticas en su longitud.
CAVIDAD ABDOMINAL:
Los órganos abdominales están en sus posiciones y relaciones normales y no hay aumento en el liquido peritoneal libre. El apéndice vermiforme está ausente por intervención quirúrgica y existen unas pocas adherencias uniendo la región del ciego a la pared abdominal anterior a nivel de la cicatriz quirúrgica previamente descrita.
SISTEMA ESQUELETICO:
No existen alteraciones significativas esqueléticas aparte de las lesiones del cráneo.
FOTOGRAFIA:
Se toman fotografías a color y blanco y negro mostrando los hallazgos significativos pero no son reveladas. Las fotografías se colocaron bajo custodia del Agente Roy H. Kellerman, del Servicio Secreto de los Estados Unidos, quien realizó un recibo para ello (adjuntado).
CONTINUA EN LA PARTE 2
Hola, feliz día. Muchísimas gracias por el esfuerzo y dedicación de compartir esta interesante información con todos. Aprovecho, además, para indicarle que la segunda parte de este artículo no está disponible. Quisiera preguntarle también si existe la posibilidad de saber qué personas participaron en la autopsia de JFK.
ResponderEliminarGracias.