PARTE 2
PARTE 3
PARTE 4
Quinta entrega de la reseña sobre la Batalla de Berlín desde el aire, publicada en Foro Segunda Guerra Mundial por el usuario Emil Dermouth.
25 de Abril de 1945
Soleado, pero frío, amaneció el 25 de Abril. Las Waffen-SS compuestas por los
holandeses y escandinavos se hallaban apostados diversas instalaciones del
Aeródromo de Temppelhoff, ya en manos rusas, esperando recibir el choque. Por
la mañana se inició la batalla cuando la artillería rusa y los tanques
machacaron el aeropuerto destruyendo a los cazas Focke Wulf Fw 190 que todavía
quedaban aparcados y sin gasolina. Después irrumpieron en el aeródromo y los
pocos defensores que había tuvieron que retirarse a una línea improvisada en
las instalaciones militares debido al fuego de los Katyusha.
Por otro sector de Berlín el V Ejército Soviético atacó el Parque de Treptow,
el III Ejército de la Guardia Blindado arremetió contra Mariendorf, y los I y
VIII Ejércitos de la Guardia lo hicieron por Neukölln. Los soviéticos fueron
imparables. En la Plaza Hermannplatz la 33ª División SS Francesa “Carlomagno”
se parapetó en barricadas junto con más de 100 miembros de las Juventudes
Hitlerianas alemanas, bien protegidos, cuando vinieron los rusos los defensores
franceses destruyeron con lanzagranadas a 14 tanques T-34, logrando a
continuación que se retirasen. Otro acto heroico ocurrió en el Puente de
Halensee, siendo los protagonistas tres solitarios soldados alemanes que
repelieron el ataque soviético durante todo el día armados con una
ametralladora y matando a decenas de rusos. Ante los lentos avances soviéticos,
estos como represalia bombardearon el centro ciudad con 1.500 aviones.
Wenck y su ofensiva empezaron a fallar en la zona boscosa de Spreewald, batalla
que se estaba convitiendo en un revés para los alemanes a pesar del éxito del
día anterior. Los vehículos y tanques de Wenck se quedaron sin combustible,
viéndose obligados a pararse para esperar la gasolina. Aprovechando que los
hombres de Wenck se detuvieron, el III Ejército de la Guardia compuesto por
comunistas ucranianos cerró la zona occidental de la autopista del bosque y
levantó barricadas con troncos de árboles dejando bloqueados a los alemanes.
Si por algo se hizo famoso el 25 de Abril de 1945 fue por un hecho histórico
inolvidable. Ocurrió en la ciudad de Torgau cuando las tropas de Estados Unidos
se dieron la mano con las tropas de la Unión Soviética. Las fuerzas
protagonistas fueron la 69ª División de Infantería Estadounidense y la 58ª
División de la Guardia Soviética. Aquella era la primera vez que soviéticos y
estadounidenses se encontraron cara a cara como aliados en la Segunda Guerra
Mundial.
El cerco ruso era casi completo y la única forma que había de entrar o salir de
Berlin, tanto personas como materiales o suministros era la vía aérea, con los
riesgos que ello reportaba debido a la aplastante superioridad aérea del enemigo.
Esa noche los Ju-52 del 3./I./ TG 1 consiguieron trasladar 175 soldados del
1.SStR desde Pütnitz a Berlin. Mientras que a las 22.00 h. los Ju-352 del
KG.zbV2, Lufttransport Gruppe 4 conseguían aterrizar en Gatow-Berlin con
suministros varios. Un He-111 del TG 30 a las 23.59 recogió un único pasajero
de Gatow para llevarlo a Wustrow, la identidad de ese pasajero es una
incógnita.
La Luftfotte Reich ordenó concentrar sus operaciones sobre Berlin, tanto jabo,
como frei jagd, a fin de aliviar la situación en lo posible a los defensores,
de esa manera volaron sobre Berlin elementos del JG 26, JG 77, JG 51, JG 11 y
JG 301 en misiones de caza libre, mientras que el SG 1, SG 10, SG 77, JG 6, JG
4 y JG 27 realizaron ataques al suelo. Los grupos de ataque al suelo sufrieron
numerosas pérdidas, los objetivos más difíciles les fueron asignados a los
magníficos Fw-190 D-9 del JG 6 que acusaron cuatro bajas, la del Uffz. Richard
Krause, Uffz. Heinz Jahn, Uffz. Ginzler y otro piloto desconocido.
Entre las 12.05 h. y las 13.20 h. el JG 26 realizó vuelos de caza libre sobre
el área de Berlín, a las 12.30 h. se enfrentaron con un grupo de Yak-3,
acreditando un derribo el Lt. Friedrich Ramthum y otro el Lt. Waldemar Söffing.
Por la tarde el JG 26 realizó la segunda salida del día, y el Lt. Siegfried Sy
derribó un P-39 a las 17.55 h.
El I/JG 11 entró en combate con un grupo de Yak-9 que protegían a unos
bombarderos Pe-2, debido a la fuerte escolta no consiguieron abatir ningún
bombardero, pero el Obfw. Hans- Gerd Wennekers logró su 24ª victoria al
derribar un Yak-9, un camarada perdió la vida al noroeste de Berlin, el Uffz.
Gabriel. También en esa acción colaboró el JG 301 con sus Ta-152, logrando el
Obfw. Walter Loos acabar con un Yak-9, su 37ª victoria, la 3ª con un Ta-152.
Los bombarderos soviéticos Petlyakov Pe-2, acosaron Berlín de manera constante |
Ese día, el Oblt. Günter Josten del Stab/JG 51 protagonizó una hazaña
inolvidable, de carácter épico, a lo largo del día se le acreditó el derribo de
siete aparatos soviéticos. Por supuesto fue el héroe del día y este es su
testimonio:
“25 de Abril de 1.945. Hace pocos días que recibimos un lote de flamantes
Fw-190 D-9 totalmente nuevos y esperamos con ellos derribar gran cantidad de
aviones enemigos. Ayer, el Obfw. Marquardt derribó cuatro Yak-3, una marca muy
buena, que tuve la suerte de mejorarla y de establecer un record de derribos
con D-9 en un solo día. En la primera salida volamos una docena de aparatos y
nos dirigimos contra una gran formación de Il-2 escoltada por cazas Yak-3, en
el combate conseguí derribar tres Il-2 y un Yak-3, otro Yak-3 fue derribado por
el Hptm. Joachim Brendel. En mi segunda salida me acompañó el Obfw. Rauch,
volamos juntos como rotte y entre los dos derribamos nueve aviones rojos. En
primer lugar nos topamos con una formación de 50 bombarderos Boston acompañados
por 30 cazas Airacobras. Al comenzar el combate ambos conseguimos derribar un
Airacobra, después de eso me encaré con un Boston, al que derribé, y luego
conseguí derribar otro Boston más. Volviendo a la base nos encontramos con 20
Il-2 y 30 Yak-3. Rauch remató dos Yak-3, mientras que yo derribé dos Il-2, lo
que hace un total de nueve victorias en dos salidas. Al día siguiente añadí
otro Yak-3 a mi cuenta personal, lo que lleva mi número total de victorias a
178..”
Nota: Günter Josten, en su relato habla de los derribos de Marquardt, los
cuales fueron homologados, habla del Yak-3 derribado por Joachim Brendel,
también fue homologado, sin embargo los derribos de su compañero Rauch no los
he encontrado en las listas de derribos homologados. En cuanto a los nueve
aparatos que afirma haber derribado, siete le son homologados y dos no. Afirma
que su victoria nº 178 es un Yak-3 derribado el día 26, pero en las listas de
derribos se le da el número 178 al último aparato que derriba el día 25. Al
margen de la desviación de algunas cifras, no cabe duda de que ese día Günter
Josten realizó una proeza de enormes proporciones.
26 de Abril de 1945
Con una intensa tormenta y fuertes lluvias amaneció el 26 de Abril. Junto al
agua de lluvia sobre el centro ciudad como de costumbre cayeron los cohetes de
los Katyusha provocando el pánico.
Todavía la lucha continuaba en el Aeródromo de Tempelhoff, pero el Ejército
Rojo quería concluirla cuanto antes. Para ello el VIII Ejército de Guardias y
el I Ejército de la Guardia Blindado lanzaron su último asalto contra las
Juventudes Hitlerianas que defendían las instalaciones del aeropuerto.
Tempelfoff se convirtió en una batalla de tanques entre ambos bandos. En
inferioridad numérica, los alemanes acabaron con más blindados rusos, pero ante
las inagotables masas de enemigos tuvieron que retirarse. Despejado el camino
los tanques soviéticos fueron cañoneando con sus torretas cada una de las
instalaciones y edificios del aeródromo, una vez estuvo todo en llamas,
Tempelhoff pasó a estar en manos rusas.
Sobre el Ayuntamiento de Berlín los soviéticos iniciaron el asalto aquella
mañana. Unos pocos niños de las Juventudes Hitlerianas resistieron en el
edificio hasta que fueron convertidos en antorchas humanas cuando los rusos les
rociaron con lanzallamas. Antes de entregarse el edificio el último
superviviente izó una bandera blanca y luego se pegó un tiro. Al Ayuntamiento
le siguió el barrio de Zehlendorf que pasó a ser dominio del Ejército Rojo.
A las afueras de Berlín el XII Ejército de Wenck, junto a otras unidades del IX
Ejército, habían quedado rodeados en el Bosque de Spreewald. La lucha entre el
espesor de los árboles fue muy dura. Una y otra vez los alemanes tuvieron que
frenar incursiones soviéticas por tierra mientras escapaban hacia otro bosque
más cercano llamado Halbe.
Como las tácticas defensivas urbanas no evitaban las penetraciones soviéticas,
las Waffen-SS se vieron obligadas a modificar el planteamiento, consistente en
abandonar las barricadas para parapetarse en los edificios y ventanas donde
instalaban lanzagranadas y ametralladoras. Las Juventudes Hitlerianas y la
Volkstrumm imitaron a los Waffen-SS y adoptaron la misma técnica. Gracias a esa
idea muchos rusos murieron acribillados desde ambos lados de las calles. Para
evitar esas emboscadas los soviéticos tuvieron que organizarse en grupos de
asalto de seis o siete hombres armados con metralletas, granadas, cuchillos y
palas para desalojar edificio por edificio, mientras los tanques disparaban desde
el exterior. Pero incluso así los rusos fueron relentizados. Otras de las
causas de este retraso fue la voladura de más de 248 puentes con dinamita,
entre ellos los más grandes de Schönenberg y Möckern; además de algunos puntos
claves del Canal de Landwehr para inundar ciertas zonas de paso.
El día anterior Hitler había ordenado el traslado por vía aérea de batallones
de reservistas de la Kriegsmarine con armas de infantería a Berlín para tomar
parte en la batalla que se estaba librando. Los primeros 175 hombres ya fueron
llevados el día anterior. Ese 26 de Abril el traslado se llevó a cabo por
cuatro aviones del FDF (Führer des Fliegers), un Fw-200 pilotado por el Hptm.
Joachim Hubner, un Ju-290 pilotado el Lt. Wagner, un Ju-352 pilotado por el Oblt.
Schultz y un cuarto avión (puede que un Ju-52) pilotado por el Oblt. Clemens
Zuborg, en total trasportaron 288 hombres y 24 toneladas de armas y municiones,
realizando dos viajes cada avión, excepto el Ju-352, que fue atacado por un
nutrido fuego antiaéreo y tocado, con un solo motor consiguió Herbert Schultz
realizar un aterrizaje forzoso y milagrosamente todos los pasajeros
consiguieron abandonar el aparato antes de que hicieran explosión las cuatro
toneladas de panzerfaust que trasportaba.
Junkers Ju-290 |
Focke Wulf Fw200 |
Los Jagdgeschwader tampoco pudieron hacer gran cosa y solo volaron algunas
unidades del JG 3, JG 6, JG 11, JG 26, JG 27 y JG 77. Por la mañana el Maj.
Werner Schroer del Stab JG 3 consiguió derribar dos La-5, pero su grupo tuvo
dos bajas, el Lt. Siegfried Schuster y el Lt. Helmut Beckmanny. El Fw. Horst
Rippet del JG 27 derribó un Yak-9. Sobre las 19.15 h. unidades del JG 26
entraron en combate con varios grupos de Yaks, el Obfw. Erich Schwarz, Ofhr.
Heinz Birkner y Lt. Wilhelm Blickle derribaron un Yak-3 cada uno y al Oblt. Hans
Dortenmann le fue adjudicado el derribo de un Yak-9. El JG 11 y JG 77 no se
anotaron ninguna victoria, pero sufrieron las bajas del Uffz. Grube y del Ofw.
Thimm respectivamente.
El testimonio del dia corresponde a un relato de la piloto de pruebas de la
Luftwaffe, la capitana Hanna Reitsch, la única mujer de la historia de Alemania
condecorada con la Cruz de Hierro de Primera y Segunda Clase y el Distintivo
Aéreo Militar de Oro con Diamantes.
Hanna Reitsch fue una de las mujeres más famosas en la historia de la aviación mundial, sobrevivió a la guerra y rompió numerosos récords de vuelo. Nunca ocultó su pasado nacionalsocialista |
El Focke-Achgelis Fa-61, prototipo de helicóptero aleman probado por Hanna Reitsch |
Como yo no tenía experiencia en
vuelo de combate y no conocía bien la situación de Berlin optamos por que nos
llevara el mismo piloto que fue con Speer. Pregunté al piloto si mi peso podría
ser un impedimento para el vuelo, el se largó a reir – usted apenas pesa 50
kilos, su peso no importa, pero el lugar no nos alcanza-. Finalmente vaciamos
la parte trasera del fuselaje, ocupada por todo tipo de instrumentos,
acumuladores, botellas de oxígeno, etc. Y con ayuda de algunos hombres,
literalmente me acoplaron en el angosto cubículo.
Poco después llegó Von Greim,
recién tomó asiento le llamé desde mi escondite y el repondió -¿Capitán, donde
diablos esta usted?-. Al poco rato despegamos escoltados por unos 30 cazas, el
vuelo no fue del todo malo, pero antes de llegar el piloto puso la máquina boca
abajo, casi perpendicular, y se oyó un terrible crujido, pensaba que habíamos
sido alcanzados por fuego antiaéreo y esperaba el impacto contra el suelo. Al
aterrizar en Gatow supe que el piloto pudo escapar de los cazas rusos con esa
abrupta maniobra. Gatow se hallaba bajo fuego enemigo y el primer Storch que
quisimos usar fue destruido por un impacto de artillería. A las 18.00 h.
pusieron a nuestra disposición el último Storch que quedaba sano.
El Fiseler Storch era un avión extremadamente ligero y capaz de aterrizar en pistas muy cortas, incluso en las calles |
Von Greim
prefirió personalmente pilotar el avión, volábamos rozando las copas de los
árboles para no ser descubiertos por los rusos, pero pronto estallaron
infernales explosiones de granadas y fusiles, bajo nosotros comenzaron a bullir
tanques y soldados, con claridad podía ver las caras de los rusos que nos
apuntaban con fusiles, ametralladoras y cañones. Hasta que de repente estalló
algo dentro de nuestro avión al tiempo que oí decir a Von Greim -¡Estoy
herido!-.Una granada le había destrozado el pie derecho y rápidamente perdió el
conocimiento. Instintivamente pasé mis brazos por encima de su hombro izquierdo
para asir el bastón de mando y el acelerador, tratando de evitar el fuego
enemigo llevando la máquina de un lado a otro.
El Storch fue alcanzado por
muchos impactos, y vi como fluía gasolina de ambos tanques. Nos acercábamos a
Funkturm, humo, polvo y un penetrante olor a azufre aumentaban, pero al menos
los disparos enemigos disminuían, entramos en zona controlada por tropas
alemanas. Poco antes del Brandenburger Tor tomé tierra, los tanques de gasolina
estaban totalmente vacios. La ciudad estaba desierta, parecía muerta, toda vida
estaba enterrada bajo escombros.
Con dificultad pude sacar del avión a Von
Greim, y me pareció una eternidad el tiempo que esperamos hasta que pasó un
camión que nos llevó al Bunker. Unos amables guardias de las SS nos llevaron al
despacho de Hitler, Von Greim había recuperado el conocimiento y lo primero que
hizo fue pasar su informe al Führer. Este le escuchó con tranquilidad y al
terminar tomó la mano de Greim y me miró a mi, dijo -¡Valiente mujer! Todavia
existe coraje y lealtad en este mundo-.
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