PARTE 2
PARTE 3
PARTE 4
PARTE 5
Sexta entrega de la reseña sobre la Batalla de Berlín desde el aire, publicada en Foro Segunda Guerra Mundial por el usuario Emil Dermouth.
27 de Abril de 1945
Por fin, el 27 de Abril, el cerco sobre Berlín se cerró cuando el XLVII
Ejército Soviético enlazó con el II Ejército de la Guardia Blindada en Spandau.
Las líneas de defensa ya fueron todas eliminadas, y solo quedaba ya la toma de
la ciudad barrio a barrio, casa a casa.
Dentro de Berlín el III Ejército de Choque rodeó el Búnker de Humboldthain y el
V Ejército el Búnker de Friedrichshain, sin embargo ninguno de los dos pudo ser
tomado debido al peligroso fuego de artillería al que estaban sometidos los
rusos. Simultáneamente el III Ejército de la Guardia Blindada aseguró
completamente el barrio Charlottenburg. En la Plaza Postdamerplatz los alemanes
se defendieron tras las rejas de los Jardines de Wansee hasta que se vieron
obligados a retirarse por culpa de la superioridad soviética, todos escaparon
bajo el metro.
Paralelos al Canal de Landwehr el VIII Ejército de la Guardia y el I Ejército
de la Guardia Blindado abrieron una brecha en la 18ª División Panzergrenadier
Alemana, lo que les permitió ponerse en marcha contra los distritos
gubernamentales. Los alemanes al ver el avance enemigo hacia la zona más
importante de la ciudad apostaron en el Ministerio de Asuntos Exteriores a
marineros armados de la Kriegsmarine, mientras que voluntarios daneses y
noruegos con 8 cañones y 2 vehículos blindados Hanomag se establecieron junto a
la Cancillería, incorporándose más tarde a estos la Unidad SS Ezquerra de los
españoles con algunos letones.
El ataque al Aeropuerto de Gatow se produjo aquel 27 de Abril. Pero el Ejército
Rojo encontró una fiera resistencia por parte de la Volkssturm con ayuda de
pilotos y personal auxiliar de la Luftwaffe, que junto cañones de 88 milímetros
resistieron el asalto un largo período de tiempo.
Ese día la Luftwaffe estaba dispuesta a hacer un nuevo esfuerzo para aliviar la
presión sobre Berlín, así que nuevas acciones fueron programadas para atacar
las entradas de tanques y tropas rusas a través de los puentes del Oder. Así
pués el KG 200 organizó lo que a la postre fue el último ataque Mistel de la
historia. Al atardecer, una fuerza compuesta por siete Mistel, tres Ju-188 y
una docena de Fw-190 fueron lanzados contra la cabeza de playa del Oder. Al
acercarse a la zona fueron atacados por una gran fuerza de cazas, y ya sobre el
objetivo, les saludó un cerrado y masivo fuego antiaéreo. Fue una masacre. Solo
uno de los siete Mistel y uno de los Fw-190 de la escolta consiguieron volver.
Los Mistel eran aviones cargados con explosivos, que eran llevados por un caza hacia el objetivo |
El 10.(Pz.)SG 2 y el SG 1 pudieron hacer despegar cuatro Ju-87 G que
acompañados por unos quince Fw-190 atacaron al anochecer tanques en la zona del
Oder, dos Stuka y cinco Fw-190 fueron abatidos. En combate con los cazas rusos
el Lt. Helmut Wenkel del SG 1 pudo adjudicarse el derribo de un La-5.
El IV./JG 3 también realizó ataques al suelo contra las zonas de entrada del
ataque ruso, estos penetraron más al Este tratando de castigar la retaguardia.
En los feroces combates que surgieron, entre otros, murió por acción del fuego
antiaéreo su recién nombrado Gruppenkommendeur “Knall” Koall.
El KG 76 y el JG 26 recibieron órdenes de atacar concentraciones de tanques y
vehículos en la zona de vanguardia, se les adjudicó respectivamente las
siguientes áreas (a) Prenzlau / Schwedt /
Stettin, y (b) Linum / Nauen / Berlin / Oraienburg.
Stettin, y (b) Linum / Nauen / Berlin / Oraienburg.
Por fin se cumplió la orden de Hitler y 36 cazabombarderos Me-262 A del
disuelto KG 51 y del reformado KG (J) 4 partieron desde Praga hacia Berlín para
participar en la batalla. Realizaron ataques a concentraciones de tropas, y
entablaron combate con una numerosa formación de Sturmoviks, se les adjudicó el
derribo de seis de ellos.
Los poderosos cazas jet Me-262 salen a plantar cara a un enemigo muy superior en número |
Berlin solo podía abastecerse por aire, pero el riesgo de aventurarse a
aterrizar en Berlín era enorme. En el aeropuerto de Rechlin se preparó un
operativo de 6 Fieseler Storch cargados con material variado, escoltados por 30
cazas para volar de noche y aterrizar en la capital protegidos por la
oscuridad. La operación fue un fracaso y se culpó al pésimo tiempo de esa
noche.
Los grupos de transporte también siguieron jugándose el tipo tratando de llevar
a Berlin hombres y material. Los Ju-352 del Grossraum Transportgruppe del Mj.
Günther Mauss, en la madrugada del día 27 en una acción temeraria utilizaron la
carretera que conduce de Waren a Güstrow como pista de aterrizaje, de esa
manera consiguieron trasladar de Rostok a Berlin 476 hombres de la Kriegsmarine
con su equipo para participar en la batalla.
Ese día la falta de combustible afecto en gran medida a los Jagdgeschwaders,
por lo que pocos aparatos pudieron ponerse en vuelo, entre las escasas
victorias que se lograron destacan el Yak-3 derribado a las 18.25 sobre
Neuruppin-Berlin por el Oblt. Hans Dortenmann del JG 26, el Il-2 derribado en
la zona de Potsdam por el Fw. Horst Ripper y el Yak-3 abatido por el
omnipresente Obfw. Heinz Marquardt a las 17.55 h.
Ilyushin Il-2 Sturmovik, probablemente el avión más famoso de la Segunda Guerra Mundial, era el azote de los tanques alemanes |
El testimonio del día es un relato del Oblt. Hans-Ulrich Rudel,
Gruppekomanndeur del SG 2.
“Por fin el 27 de abril, a eso de las 11 de la noche me dan las
instrucciones para volar a Berlin. Debemos partir con un He-111 y aterrizar en
la gran avenida de Berlin, junto a la puerta de Brandemburgo. No resulta fácil
despegar con una máquina bimotor en plena noche y con todas las luces de la
pista apagadas. La noche es negra como la boca de un lobo. Nos internamos en la
zona de batalla volando rumbo noroeste, debajo de nosotros vemos muchos pueblos
y ciudades ardiendo, ¡La patria está ardiendo por las cuatro puntas! Al llegar
a la zona de Berlin comienzan a tantearnos los reflectores y la Flak del ruso.
De la ciudad no podemos ver nada debido al humo y la bruma que la envuelven en
un manto mortífero, un incendio al lado del otro, fogonazos de la artillería,
es un aspecto infernal el que se nos ofrece. Un mensaje nos llega del control
de tierra -¡Esperar!- Lo que nos faltaba. Al cabo de quince minutos nos llega
un mensaje del Coronel Von Below quien nos comunica que el aterrizaje es
imposible por el nutrido fuego de morteros que está soportando la pista.
Ponemos rumbo a Rechlin, nuestro radiotelegrafista se comunica con el control,
estos se niegan a encender las luces de la pista por miedo a un ataque de la
aviación enemiga. Cada vez se pone la cosa peor, no tenemos combustible, en
cualquier momento se apagarán las hélices. De pronto, abajo a la izquierda, una
iluminación pálida, nos apresuramos a aterrizar. La localidad se llama
Wittstock, a 30 kilómetros de Rechlin, el valiente encargado de control oyó
nuestra conversación y encendió las luces de la pista para ayudarnos. Hablo por
teléfono con Von Below –Coronel, le propongo aterrizar hoy, de día, con un
Stuka en la gran avenida. Calculo que con una máquina así lo podré lograr, y
más todavía, teniendo en cuenta que hay que proceder a sacar al Supremo Mando
de ese posición sumamente expuesta-. El Coronel me hace esperar un rato, para
preguntar y vuelve al aparato.-El Führer ha decidido quedarse para defender
Berlin, no desea que usted vuele a la ciudad, sino que le ordena trasladarse
inmediatamente a su base de los Sudetes, para apoyar las operaciones del
Mariscal de Campo Schörner, quien iniciará igualmente su ofensiva para liberar
Berlin-“
28 de Abril de 1945
28 de Abril de 1945
La mañana del 28 de Abril comenzó igual de dura que todos los días anteriores.
La gente se ocultaba en el metro para evitar los bombardeos, el hambre se había
agravado, las violaciones aumentaban. Avanzada la mañana, los tanques
soviéticos del III Ejército de Choque a lo largo de la Calle Wilhelmstrasse
marcharon hacia los distritos gubernamentales. Sin embargo el avance quedó
anulado cuando giraron el rumbo hacia la Cárcel de Moabit, donde se produjo una
larga y cruenta lucha cuerpo a cuerpo.
Por la tarde los soviéticos atacaron el Puente Moltke, el cual había sido
minado y contaba con barricadas. Cuando los rusos lo intentaron cruzar se
produjo una inmensa explosión que los engulló. Al disiparse el humo el puente
había sido derruido a medias, pero era transitable. Aprovechando el error
alemán, la infantería rusa pudo pasar y establecer una cabeza de puente con la
Puerte de Halle incluida tras un coste elevado en vidas.
La lucha por el Ministerio del Interior comenzó con un desastre para los rusos,
pues los defensores dispararon sobre los asaltantes desde ventanas y puertas
bloqueadas mientras avanzaban por la Calle Moltkestrasse. Ante la imposibilidad
de seguir adelante los soviéticos suspendieron el ataque. No muy lejos de allí,
más suerte tuvieron en el Estadio de Fútbol, donde los 800 granaderos alemanes
y miembros de la Volkssturm fueron exterminados sobre las gradas hasta que
agotaron la última bala.
Hitler continuó enviando mensajes al General Wenck para que acudiera en ayuda
de la capital tras haber sacado al 12 Ejército de sus posiciones en el Elba. El
28 de abril, el 12 Ejército llegó a Postdam, donde fue atacado por poderosas
fuerzas rusas que le cortaron el camino. Sin poder avanzar más, Wenck pudo
unirse a lo que quedaba del 9no Ejército en el sur de Berlín. Incapaz de poder
hacer nada más, sólo pudieron mover las fuerzas que restaban hacia el oeste
para capitular ante las fuerzas estadounidenses.
La lucha continuaba en el aeropuerto de Gatow, en la defensa del mismo, ese
día, perdió la vida el Generaleutenant Gottob Müller, a los 50 años de edad uno
de los grandes generales de la Luftwaffe moría en combate de tierra.
Hermann Göring, despojado de sus cargos y en arresto domiciliario, ante el
temor de que los rusos profanaran su residencia “Karinhall” ordenó a un grupo
de infantería de la Luftwaffe que la dinamitara.
Desde el aeropuerto de Rechlin se enviaron cuatro Ju-52 cargados con material a
Berlin, se pretendía que aterrizaran en la gran avenida que había sido
habilitada como pista, una vez allí descargarían el material y procederían a
evacuar a las autoridades que lo soliciten. Debido al nutrido fuego antiaéreo y
la acción de los cazas, solo uno llegó a aterrizar sano y salvo, lo cual se
consideró casi un milagro. Ese Ju-52 estuvo aparcado en la avenida esperando
evacuar personal del bunker, Von Greim y Hanna Reitsch lo vieron y hablan de
él, pero no lo usaron, ya que huyeron en un Arado Ar 96. El destino de ese
Ju-52 y su misterioso pasaje han dado lugar a múltiples teorías (poco fundadas,
según mi criterio), sobre una posible evacuación de Hitler en el último
momento.
Junkers Ju-52 |
Poco movimiento hubo ese día, las agotadas fuerzas de ataque lamían sus
heridas. Unas pocas unidades del JG 4, JG 27, JG 77 y SG 1 realizaron
esporádicos ataques a tierra. En ellas perdieron la vida entre otros el Ofhr.
Jürgen Stedeberg del JG 27 y el Fw. Kurt Muschiol del JG 77 en combate aéreo.
Los Me-262 A del KG(J) 4 realizaron varios ataques al sureste de Berlin, se
adjudicaron los derribos de dos Yak-3 y un Il-2.
El testimonio del dia corresponde nuevamente a un relato de la piloto de
pruebas de la Luftwaffe, la capitana Hanna Reitsch.
“El 28 de Abril los ataques contra la Cancillería crecían de manara
alarmante. No teníamos esperanza de salir de allí con vida, cuando nos llegó la
noticia de que milagrosamente un Ju-52 había aterrizado en la avenida Achse y
podía sacarnos lejos de Berlin. Hitler nos llamó al Mariscal Von Greim y a mí,
nos comunicó lo siguiente – Ustedes dos deben de salir inmediatamente del
bunker, me han informado que mañana el ruso iniciará su asalto final a la
Cancillería-. Desplegó el mapa que sostenía con su temblorosa mano.- Si
pudiéramos detener el avance ruso durante 24 horas mediante un ataque aéreo
masivo, daríamos tiempo al General Wenck avanzar hasta aquí y romper el cerco
ruso. Deben ir a Rechlin y organizar el ataque-.
No podia entender, dada la situación, que aún se pudiera albergar cualquier
tipo de esperanza. El Coronel Von Below nos acompañó al Mariscal y a mí a las
puertas del bunker, el olor a fuego y azufre, la densa niebla y el polvo
calcáreo eran insoportables . Esperamos a que el fuego enemigo cesara un poco,
y a pesar de llevar muletas, el Mariscal y yo saltamos a un vehículo militar
que vino a buscarnos. Comenzamos un viaje fantasmagórico a través de lo que fué
la avenida Vosstrasse, los silbidos de los disparos y los estruendos de las
granadas volvían a llenar el aire, la tierra temblaba mientras el fuego y el humo
nos acompañaba constantemente. Habíamos llegado hasta el puesto aéreo central,
que seguía estando en manos alemanas. Vimos el Ju-52, sin embargo a nosotros
nos esperaba el piloto que nos trajo de Gatow con un Arado Ar 96 que había
conseguido, por tercera vez, aterrizar en Berlín. Otra vez tuvimos que entrar
tres personas en un avión biplaza.
El Ar96 era un entrenador avanzado de la Luftwaffe |
El despegue sería cosa de suerte, los faros
enemigos iluminaban la avenida, el firme estaba lleno de socabones y el fuego
de mortero era constante, sin embargo había un tramo de cuatrocientos metros
libre de pozos y agujeros . Pese a todo el Arado consiguió despegar sin ser
visto, al volar sobre el Brandemburger fuimos descubiertos y sobre nosotros se
concentró fuego de todo tipo, quedando envueltos en un mar de luces
centelleantes que de manera incredible no hicieron blanco. Al ascender a la
altura de 700 metros un manto protector de densa niebla nos sirvió para poder
escapar de la moribunda ciudad, solo quedaba llegar a Reichlin y organizar el
ataque masivo.”
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