La historia de México en la segunda mitad del siglo XIX y primera del XX estuvo fuertemente ligada al auge del ferrocarril, desde los tímidos primeros intentos de Santa Anna y el imperio de Maximiliano, hasta alcanzar el esplendor porfirista que puso a México entre las naciones emergentes, y finalmente el fenómeno social que supuso la revolución de 1910-19... ehm, 1939, donde los trenes fueron decisivos en los movimientos logísticos e incluso en acciones de combate.
Pues bien, en la primera década del siglo XX los ferrocarriles nacionales aún eran operados y manejados por personal extranjero, pero el gobierno porfirista ciertamente ya planeaba la nacionalización de los mismos. Es así que desde 1909 por instrucción oficial se empezaron a incorporar mexicanos a los diversos puestos en los trenes con el fin de ir paulatinamente ocupando los puestos vacantes, cosa que molestaba a operarios y personal predominantemente norteamericano, quienes exigían incluso que los documentos, ordenes de trabajo, manifiestos de carga, registros de raya, etc... todo fuera en inglés. En 1912 una huelga del personal extranjero fue declarada ilegal por el gobierno mexicano y dichos trabajadores fueron despedidos, pasando sus puestos a ser ocupados por personal nacional.
Como parte de las necesarias labores para que los mexicanos pudieran adquirir experiencia, surgió la idea de contar con equipo de arrastre y locomotoras de fabricación nacional.
La tarea de construir la primera locomotora en suelo mexicano, con tecnología nacional, fue encomendada a los talleres de la ciudad de Aguascalientes, a cargo del proyecto estuvo el Mayordomo Mecánico Porfirio Valdez.
Los trabajos continuaron, aún en plena revuelta contra la dictadura huertista, de modo que el domingo 27 de julio de 1913, a las 10 de la mañana, ocurrió la ceremonia de presentación de la flamante locomotora, la primera hecha por manos mexicanas, e incluso la primera hecha en Latinoamérica, aseguran algunas fuentes. Luego de que los constructores posaron junto a la máquina, se le permitió a la multitud acercarse, y ésta se arremolinó frente al aparato, llegando algunos a tocarla y subirse a ella.
Aquí algunas de las imágenes, si no es que todas las existentes a la fecha en internet. En su mayoría provienen de sitios dedicados a la memoria histórica de Aguascalientes, y de los Ferrocarriles Nacionales de México:
El Gobernador de Aguascalientes, Carlos García Hidalgo, dedicó estas palabras a los asistentes:
"Profundamente agradecido y a la vez honrado por la altísima distinción que se me ha hecho al elegirme para controlar y para inaugurar esa hermosa máquina mexicana, joven, hija de nuestros obreros tiene para mí una importancia grandísima, y este honor lo juzgo como uno de los más altos de mi vida.
¡Obreros del porvenir, con vuestra labor, de la que tenemos la primera y magnífica muestra, habéis honrado la patria; habéis honrado a vuestros conciudadanos! En nombre de la patria y en nombre de vuestros conciudadanos, os felicito!
Habéis demostrado ser tan aptos como el obrero mejor del mundo; habéis demostrado ser capaces de construir, como él, y demostráis también que sois capaces de, con vuestro patriotismo, vuestra honradez y vuestra labor, característica y seria, ayudar a reconstruir el edificio del país, a consolidar el sistema del orden, inyectando con vuestra moralidad, nueva vida al cuerpo exánime de la patria agonizante.
Esa máquina, locomotora mexicana, flamante máquina hija de padres mexicanos y nacida en territorio mexicano, deberá llevar en la farola de la proa este nombre simbólico: ‘Alma Mexicana’”
No he encontrado datos técnicos o históricos veraces adicionales a lo aquí relatado. Hay quienes aseguran que la Locomotora 40 se habia construido basandose en los planos de una Baldwin B13, pero al menos San Wiki revela que las locomotoras de este tipo son radicalmente distintas a la mexicana. La Nacionales de México No. 40 tenía una disposición de ruedas 0-6-0, esto es: cero ruedas delanteras, seis ruedas motorizadas (tres por lado), y cero ruedas traseras, mientras que la B-13 tiene un arreglo 4-6-0, además el tender (carro donde se colocaba el carbón) de la NdeM 40 era de forma trapezoidal, y no rectangular. De hecho, al parecer este tipo de tender "mocho", es el que dio lugar a la expresión "ir hecho la mocha", aunque tal dato no es verificable y hay muchas historias sobre el origen de dicha frase.
Al parecer la locomotora fue renumerada como NdeM 638 en 1930. Ignoro cuál haya sido su destino, lo cierto es que no se conservó, se debe asumir que tristemente fue convertida en chatarra.
Es frecuente, cuando los sitios de noticias se hacen eco de la historia de la NdeM 40, que la confundan con la locomotora 40 del Ferrocarril Mexicano, la FCM 40, que se encuentra en el Museo del Ferrocarril en Puebla, pero se trata de una locomotora distinta, ruedas en configuración 2-8-0, y que sólo sirvió en aquella línea de México a Veracruz.
La locomotora FCM 40 captada en una visita del que esto escribe en 2017, creo. Obsérvese cómo es distinta a la NdeM 40 tanto en la disposición de las ruedas, como en el tender |
Con la NdeM 40 iniciaría una larga tradicion de construcciones ferroviarias que tendria por epicentros Aguascalientes, San Luis Potosí y Ciudad Sahagún. Numerosas locomotoras y coches de todo tipo nacieron o fueron reonstruidos en estas ciudades durante buena parte del siglo XX, esa tradición hubiera seguido, de no ser por la privatización de los 90's.
Una réplica, obviamente hechiza, se conserva en lo que hoy el Complejo Tres Centurias de Aguascalientes, sobre lo que alguna vez fueron los talleres ferroviarios y la estación del ferrocarril, junto con un bello mural obra del artista Victor Zamarripa.
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