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viernes, 13 de marzo de 2020

Un arquero medieval en la Segunda Guerra Mundial

En los anales de la historia suelen figurar hombres extraños cuyos comportamientos o hazañas son dignas de recordar, como la que hoy posteo:

Jack Malcolm Thorpe Fleming Churchill, más conocido simplemente como Jack Churchill, nació en Hong Kong el 16 de septiembre de 1906, hijo de padres ingleses.

En 1926 se graduó como oficial en la academia militar de Sandhurst y tuvo un periodo de servicio en Birmania.

Ya entonces, sus excentricidades y amor por la historia inglesa comenzaba a marcar su carácter. Allí donde otros oficiales llevaban una fusta (vara flexible para arrear caballos, símbolo de mando), Jack Churchill llevaba una Claymore, la típica espada de mandoble medieval que necesitaba de ambas manos para poder ser blandida, característica de los caballeros medievales en Escocia.

Asimismo, Churchill comenzó a practicar la arquería, en la cual pronto despuntó. En 1936 dejó el ejército y comenzó a trabajar como editor de un diario. Sin embargo, sus conocimientos de arquería así como sus habilidades con la gaita, le permitieron hacer pequeños papeles secundarios en las películas Sabu y El ladrón de Bagdad.

Su habilidad con el arco le permitió formar parte de la selección nacional inglesa que participó en el campeonato mundial de Oslo en 1939, y allí le sorprendió el estallido de la Segunda Guerra Mundial. Tras su retorno a Inglaterra se enroló de nuevo en el ejercito, no sin antes pasarse por la tienda Purle of London, donde encargó un longbow (arco largo) de madera de Tejo Español de 100 libras, construido a la usanza medieval.
Asimismo encargó un buen número de flechas de caza de madera y dos arcos de acero. Y así, con sus arcos y su espada, se unió al Regimiento Manchester, justo a tiempo de embarcar con la fuerza expedicionaria que fue enviada a Francia.

Durante los primeros meses de la guerra, mientras la blitzkrieg alemana destruía Polonia, los ingleses y franceses se quedaron quietos en sus posiciones. La fuerza expedicionaria inglesa se asentó en diciembre sobre posiciones de la línea Maginot. 

Churchill, aprovechó la calma para practicar tanto como pudo con su arco. Lamentablemente, los dos arcos metálicos, que sobresalían de la porción trasera de un camión donde transportaban su equipo, se doblaron más allá de toda posible recuperación cuando el camión tuvo que hacer marcha atrás contra una pared.

Fue en ese periodo de inactividad bélica, frustrado e irritado por la política oficial de no hacer nada que pudiera provocar a los alemanes, que Churchill decidió hacer un gesto simbólico que pensó que no sólo le daría satisfacción personal si no que crearía cierta alarma y sorpresa en las líneas enemigas.

Así, el 31 de diciembre de 1939, mientras estaba de patrulla sobre los helados y ondulados terrenos de la tierra de nadie frente a las posiciones inglesas, avanzó silenciosamente hasta una posición que estaba entre 50 y 80 metros de las trincheras alemanas. Tomó una de sus flechas, se llevó la cuerda a la mejilla y la dejó ir...

Escuchó como la flecha impactaba contra la tierra helada con un sonoro "crack". No hubo ninguna reacción en las líneas alemanas, así que Churchill repitió la maniobra con una segunda flecha. Esta vez escuchó voces alemanas y agitación en la trinchera ante él, aunque no supo si había acertado o no a algún enemigo. Más tarde declaró que lo que más le había dolido del episodio había sido no haber podido ir a recuperar sus flechas.(las flechas le habían costado cada una más de 10 chelines y sabía que el Ministerio de Guerra británico no se iba a preocupar de reponerle el coste de semejante "munición").

Luego las cosas se complicaron. Cuando Polonia estuvo acabada, los alemanes movieron sus fuerzas frente a la frontera francesa y pronto los poderosos tanques Panzer alemanes rugían por las Ardenas rompiendo las líneas aliadas en dos y aislando a la fuerza expedicionaria británica, que quedó pronto cercada con la espalda contra el mar en la ciudad costera de Dunkerque.

El 27 de mayo de 1940 le llegaría a Churchill su momento de gloria: estaba al mando de una fuerza mixta que defendía una posición en el pueblo de L'epinette, cuando fue avisado de que los alemanes se acercaban. 

Delante la posición británica había un muro que los alemanes podían usar para aproximarse a la posición británica sin ser vistos y guarecerse tras él. Pero a la derecha había un gran granero, que quedaba a la altura del muro, y en el que había una gran abertura en la pared del nivel superior. Esta abertura debía tener una vista clara sobre la parte de detrás del muro.
Churchill tomó a un par de fusileros y armado con su arco, flanqueó su propia posición y luego llegó hasta el granero. Tras subir al desván y quedar a la altura de la abertura, vio que tras el muro habían cinco soldados alemanes. 

Estaban a treinta metros de la abertura del granero, sin sospechar que el grupo de Churchill les acababa de tomar el flanco.

Churchill susurró a sus dos hombres que no abrieran fuego hasta que su flecha llegara a destino. Luego debían abrir fuego rápido. Mientras sus hombres tomaban posiciones, Churchill tensó su arco. 

Se llevó la cuerda a la mejilla y disparó al Feldwebel (sargento) que comandaba el grupo de alemanes. La flecha entró por la derecha del alemán, hundiéndose en su pecho hasta las plumas. Sus hombres abrieron fuego y los alemanes restantes cayeron ante el fuego británico.

Churchill fue a tratar de recuperar la flecha, pero no pudo sacarla del cuerpo del soldado y en el forcejeo, se le rompió, dejando la punta dentro del cadáver. En ese momento, una ametralladora pesada alemana abrió fuego sobre ellos y tuvieron que dejarlo todo para ponerse a cubierto.

Jack Churchill "El Luchador" como le apodaban sus hombres, es el único (y por ahora el último) soldado inglés que en casi 600 años, ha matado a un enemigo con un arco y una flecha, durante una guerra y en territorio francés. La última vez que esto había pasado fue en 1346, en la Batalla de Crécy, durante la Guerra de los Cien Años.

El 27 de diciembre de 1941, Churchill fue el primer hombre que puso pie en la playa al frente de dos compañías de comandos en el raid de Vaagsoy (Operación "Arquería"), en la Noruega ocupada por Hitler, en lo que debió ser una de las más extrañas escenas que presenciaron los alemanes: Churchill, desembarcó con su espada en la mano y se lanzó a la carga contra una batería de ametralladoras al frente de sus hombres, mientras los animaba a gritos.


La batería alemana cayó y su amenaza sobre el cuerpo de desembarco principal dejó de existir. Tras instalar cargas explosivas en los cañones, se retiraron. 

Churchill participó tmbién en desembarcos en Italia en 1943, en la población de Piegoletti. Adelantándose a sus propias tropas, espada en mano, y acompañado únicamente por un cabo llamado Ruffell, avanzó hasta la población y se infiltró en las posiciones alemanas sin ser descubierto por los enemigos.
Luego, uno tras otro, intimidando a los defensores con la espada, que brillaba en la oscuridad, se fue haciendo con los puestos de guardia de uno en uno y en silencio. Según los iba capturando, le pasaba los prisioneros a Ruffell. Al acabar la noche, Churchill y el cabo Ruffel volvieron a las líneas inglesas: armado únicamente con su espada y sin disparar un sólo tiro, había desmantelado en silencio la defensa del pueblo y había capturado 42 prisioneros, varias ametralladoras y un mortero. 

Posteriormente combatió a los alemanes en Yugoslavia, donde fue capturado, enviado a Sarajevo, y allí, creyendo que tenía algún tipo de parentesco con el primer ministro inglés, Winston Churchill, lo enviaron a Berlín con un avión. Al aterrizar, se las arregló para prenderle fuego con un cigarrillo a unos papeles que habían en el avión, provocando un incendio y culpando a un oficial alemán que fumaba y leía el periódico.

Cuando vieron que no tenía nada que ver con Winston Churchill, lo enviaron al campo de concentración de Sachsenhausen, en el norte. No tardó en fugarse pero capturaron de nuevo. Esta vez lo enviaron al campo de prisioneros de Niederdorf, en Austria. En abril de 1945, tras dos años de cautiverio, Churchill volvió a fugarse con dirección a Italia, donde pudo reunirse con un convoy estadounidense.

Sus varias y valerosas acciones durante el conflicto le hicieron merecedor de diversas condecoraciones. Fue en este periodo cuando se ganó sus motes de "Mad Jack" y de "Fighting Jack", quedando éste último permanentemente adoptado.  

Luego de la guerra, Churchill tuvo la oportunidad de participar en el filme Ivanhoe, donde hizo el papel de un arquero en una breve escena, donde se lo ve disparando desde las almenas del Castillo de Warwick. 

En 1948, para su alegría dado que era un aficionado a la guerra, fue destinado a Palestina, donde rescató a una unidad atrapada bajo fuego árabe.

Acabado el conflicto, volvió a Inglaterra, donde no perdía el gusto por la extravagancia. Se cuenta que en algunas ocasiones, en el tren a Londres, un pasajero elegantemente vestido, se levantaba y lanzaba su maleta por la ventanilla para luego volver a sentarse y bajar tranquilamente en la siguiente estación. 
Lo que los pasajeros no sabían es que ese sujeto era Jack Churchill, y que había lanzado la maleta al jardín trasero de su casa, que estaba al lado de la vía, y de esta forma se ahorraba tener que cargar con ella en el trayecto desde la estación.

Jack Churchill El Luchador- O el Loco Jack Churchill, murió tranquilamente en su casa de Surrey la primavera de 1996.

Con información de Josep Barceló: arcobosque.com 

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