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miércoles, 29 de enero de 2020

La primera y la última dogfight sobre Europa en la WW2

Se ha escrito mucho sobre el conflicto de 1939 a 1945, que marcó un antes y un después en el mundo.

Hoy se me ocurrió postear al respecto. A las 4 de mañana del 1 de septiembre 1939 Alemania invadió Polonia por orden del cabo bigotes como todo el mundo sabe. La Fuerza Aérea Polaca se enfrentaría a un enemigo altamente superior en cantidad y en tecnología: la Luftwaffe (fuerza aérea alemana) contaba con los modernos monomotores Bf.109, Fw-190 y los bombarderos en picada Ju-87 "Stuka", ellos iban a ser confrontados por una miriada de aviones de ala alta y prestaciones modestas, como el PZL P.11C y su antecesor P.7, cuyos diseños se remontaban a los años 20, cuando la aviación polaca era respetable, pero poco se hizo desde entonces, cayendo en un periodo de decadencia.

Las primeras horas de la Segunda Guerra fueron caóticas y no hay registros fiables sobre el primer combate aire-aire de la Segunda Guerra Mundial, además de que los aviones de reconocimiento alemanes habían estado incursionando en territorio polaco desde hacía varias semanas como modo de sondear las defensas y capacidades de las fuerzas armadas polacas. Sin embargo, es probable que el primer enfrentamiento aéreo sea el ocurrido a ultimas horas de la madrugada del 1 de septiembre, sobre Cracovia, cuando un Stuka se enfrentó a un P.11 que acababa de despegar de la base, y al cual derribó, siendo entonces además la primera baja aérea de la guerra.

Quiso la suerte que la Luftwaffe destruyera en tierra a los aviones polacos, que en su mayoría eran aviones descompuestos o inservibles, así que la Fuerza Aérea Polaca fue al menos capaz de plantarle cara a los alemanes durante la primer semana del conflicto: 42 aeronaves de la Luftwaffe cayeron ante los obsoletos aviones polacos, que sin embargo perdieron 38 cazas, de un total de 54 que tenían en existencia. La inmolación de la fuerza polaca era definitiva,

6 años después, la Luftwaffe era apenas la sombra de lo que fue en 1939, la guerra estaba perdida ya en abril de 1945, las aeronaves aliadas se paseaban impunemente sobre los cielos alemanes, y éstos poco podían hacer al encontrarse su fuerza aérea prácticamente diezmada, ocasionalmente salían los pocos cazas a tratar de hacer algun esfuerzo heroico, y las salidas de los jets de combate eran aún más escasas. 

El 12 de abril los pilotos del US Army Duane Francis y Bill Martin estaban en una mision de vigilancia a las afueras de Berlín, pilotaban un Piper L-4 "Cub", un pequeño monomotor de enlace general, cuando se encontraron con un Fieseler 156 "Storch" alemán.
Tanto el Cub como el Storch eran aeronaves pequeñas ideadas para viajes cortos, cargas pequeñas y con capacidad de despegar y aterrizar en pistas extremadamente cortas, no eran en ningun modo aviones cazas.

Francis y Martin abrieron la puerta lateral del Cub y se engarzaron a tiros con el Storch, mediante simples pistolas Colt. Uno de los pilotos alemanes resultó herido en un tobillo, además de que el avión recibió un disparo en el parabrisas delantero, lo que impidió a los alemanes seguir volando, ambas aeronaves aterrizaron y los estadonunidenses capturaron a sus contrapartes alemanas.

Tradicionalmente los registros consideran a este enfrentamiento como el último combate aire-aire de la Segunda Guerra Mundial en Europa, especialmente por el tinte romantizado de la pelea, que se dio de la misma manera en que ocurrieron los primeros duelos aire-aire de la Primera Guerra Mundial.

No obstante, la guerra seguía dando sus ultimos estertores, y aún faltaba por venir la dantesca Batalla de Berlín, que sería la tumba final del régimen nazi, la Luftwaffe siguió realizando misiones de combate para defender la capital, si bien la mayoría eran misiones de ataque al suelo, se dieron bastantes enfrentamientos contra los cazas británicos, estadounidenses y soviéticos, además los jets Messerschmitt 262 y los cazas cohete Messerschmitt 163 consiguieron algunos derribos.

Precisamente sería el Me-262 el que posiblemente protagonizó el último combate aire-aire de la segunda guerra en Europa, con Berlín perdido, algunas fuerzas alemanas resistieron en Praga donde la última gran batalla de la guerra se llevó a cabo, y era en Praga donde los Me-262 tenían su base, el 8 de mayo Fritz Stehle y su alero, ambos del Escuadron JG.7 se enfrentaron a unos desprevenidos cazas Yak-9 soviéticos, Stehle derribó a uno de ellos, pero fue derribado al parecer por un P-39 Airacobra soviético.

Aquella sería la última victoria de un piloto alemán en la Segunda Guerra Mundial, y a la postre fue la ultima dogfight de la guerra sobre cielos europeos. Al día siguiente se firmaría la rendición incondicional de Alemania a los Aliados.

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