Testut, Latarjet, Moore, (y hasta Quiroz) pónganse a temblar... si se pensaba que ya sabíamos todo de la anatomía humana, llega la noticia de que durante todos estos siglos un ligamento nos ha pasado inadvertido.
Durante los últimos cuatro años, el cirujano ortopédico Dr. Steven Claes y el Profesor Dr. Johan Bellemans, ambos cirujanos de rodilla en el Hospital Universitario de Lovaina, Belgica, han proporcionado la primera descripción anatómica completa de un ligamento al que han denominado Ligamento anterolateral (LAL) en la rodilla humana. El ligamento parece jugar un papel importante en los pacientes con rotura del ligamento cruzado anterior (LCA), una de las lesiones mas comunes sobre todo en el medio deportivo tanto profesional como amateur.
La rodilla es una de las articulaciones más complejas del organismo humano: por arriba la articulacion la forma el fémur con 2 priominencias denominadas cóndilos externo e interno, por debajo está la tibia, a la que se encuentra adosado el peroné. Los huesos no están en contacto directo entre sí, el fémur posee un cartilago articular, mientras que la tibia tiene 2 almohadillas de tejido conectivo denominadas meniscos. Entre cartílago y meniscos se encuentra el líquido sinovial que lubrica las superficies articulares. Toda la articulacion se encuentra envuelta en una bolsa, por así decirlo, de tejido conectivo denominada capsula articular.
La rodilla sin embargo requiere ser estabilizada mediante diversos ligamentos: por dentro de la cápsula tenemos los famosos ligamentos cruzados anterior y posterior, que como su nombre lo dice, se cruzan entre sí como si de una hélice se tratara, existen otros ligamentos intracapsulares de menor importancia.
Por fuera de la capsula tenemos los ligamentos laterales externo e interno (en relacion con la línea media del cuerpo), diversos ligamentos en la cara posterior, y por delante encontramos el gran tendón del musculo cuadriceps, que viene desde el muslo e inmerso en este tendon viene la rótula, que a su vez posee 4 ligamentos que la unen al femur (ligamentos alares) y a la tibia (ligamento rotuliano, es el que los médicos percutimos con martillo para desencadenar el conocido reflejo).
Anatomía de la articulación de la rodilla humana |
Los 2 cirujanos han llevado a cabo investigaciones sobre las lesiones del LCA graves en un esfuerzo por averiguar por qué pacientes que han sido operados exitosamente siguen padeciendo problemas en los que la rodilla "pivotea", o cede, perdiendo toda estabilidad.
Su punto de partida: un artículo publicado en 1879 por el cirujano francés Segond, que postula la existencia de una banda de tejido fibroso aperlado, situada en la parte anterior de la rodilla humana (así que por consiguiente, no podemos decir que se haya descubierto un nuevo ligamento, ya que ese honor le toca a Segond)
Los médicos belgas son los primeros en ofrecer la descripción del ligamento después de un amplio estudio en cadáveres usando técnicas de disección macroscópica. Su investigación muestra que el ligamento llamado ligamento anterolateral (LAL), estuvo presente en todas menos una de las 41 rodillas de los cadáveres estudiados, aunque es necesario investigar en un mayor número de individuos, podemos decir que no se trata de una estructura inconstante, esto es, que en algunos humanos se encuentra y en otros no.
En los 40 casos se encontro al LAL como una estructura ligamentosa bien definida, claramente distinguible de la cápsula articular. El origen del LAL estaba situada en la prominencia del cóndilo externo del femur, ligeramente por delante del origen del ligamento lateral externo, aunque no se observaron fibras de conexión entre las dos estructuras. Sigue curso oblicuo a la cara anteroexterna de la tibia, algunas de sus fibras se unen al menisco externo. Su inserción en la tibia se encuentra a medio camino entre el tubérculo de Gerdy y la punta de la cabeza del peroné. Se encontró que el LAL es una estructura ligamentosa distinta en la cara anteroexterna de la rodilla humana con origen y características del sitio de inserción contstantes.
Habida cuenta de su estructura y la localización anatómica, el LAL hipotéticamente serviría para controlar parte de la rotación interna de la tibia y por lo tanto limita el fenómeno de desplazamiento o pivote, aunque se necesitan más estudios para investigar su función biomecánica. La teoría es que, al existir un daño en el ligamento cruzado anterior, este "nuevo" ligamento cargaría con la responsabilidad de la rotacion, toda vez que el cruzado está inhabilitado. El LAL entonces podría tambien sufrir una lesion que, dado que no se conocía, no se tomaba en cuenta, y entonces, pese a que el cruzado anterior se reparaba con éxito, perisitía el daño en el ligamento anterolateral (LAL), y con ello, el constante "pivoteo" de la rodilla.
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