El año pasado, en el marco del ataque ruso a Ucrania, durante la batalla del aeropuerto de Hostomel, el mundo perdió al avión más grande del orbe, el poderoso Antonov An-225 Mriya, pero por desgracia no fue la primera, ni la última aeronave perdida en el enfrentamiento: bajo una de las alas del gigante de los cielos descansaba un pequeño Cessna 152, matriculado como HA-WAS. Una pérdida de la que pocos hablan.
Y desde luego, no queda más que recordar con nostalgia a Mriya, en el primer aniversario de su destrucción:
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