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domingo, 6 de febrero de 2022

Los últimos botes voladores en servicio de pasajeros

Hace unas semanas se supo que el legendario Martin Mars, el último de los botes voladores en condiciones de volar, estaba a la venta. Dicho aparato operaba con Coulson Aviation en funciones de apagafuegos, aunque ya tenía algunos años parado.

Por "botes voladores", hidroaviones o "hidrocanoas" se entiende a aquellas aeronaves diseñadas expresamente para despegar y aterrizar (acuatizar en todo caso) en el agua, y aunque hoy aún hay ejemplares anfibios que pueden usar el agua o una pista de aeropuerto, no hay como aquellos ejemplares de los años 20 y 30 del siglo pasado.
La "era de los botes voladores" se propició en una época en la que no existían los aeropuertos, y los aviones de pasajeros usaban los puertos fluviales y marinos, básicamente la parte inferior de su fuselaje era la quilla de un barco. La omnipresente Pan American World Airways, o simplemente Pan Am, fue la usuaria más conocida de esta clase de aeronaves, principalmente de los fabricantes Sikorsky, Martin y Boeing. 

En ese entonces los botes voladores conectaban continentes, los pasajeros viajaban en camarotes con un lujo que a hoy día no tiene comparación, es decir, viajaban literalmente como lo harían en un barco. En aquella epoca se adoptaron las mismas costumbres y procedimientos de los barcos, y por eso en la actualidad los pilotos usan uniformes, además de llamárseles "Capitán" y "Primer Oficial". Viajar en un bote volador era una experiencia única en la vida.

La era dorada de los botes voladores llegó a su fin con la Segunda Guerra Mundial del mundo, la contienda dejó al mundo con literalmente millares de aviones de transporte sin un propósito, además de numerosas pistas de aterrizaje que pasaron de ser bases militares a ser los nuevos e incipientes aeropuertos, en este escenario las aerolíneas se multiplicaron, el bote volador era inútil y poco a poco fue desapareciendo de los cielos.

Por supuesto, los americanos y su Pan Am no fueron los únicos, a la aventura de los botes voladores también le entraron los alemanes, los franceses y especialmente los ingleses, dada la vastedad de su imperio en ultramar. Precisamente serían de origen inglés los últimos botes voladores en servicio en el mundo.

El Short S25 Sandringham fue un derivado del hidroavión Short Sunderland, fabricado en Inglaterra por Short Brothers y que era empleado por la Royal Air Force y la Guardia Costera inglesa durante la guerra. Era un hidroavion monoplano de ala alta y cuatro motores Bristol Pegasus, con un espacioso fuselaje que permitía acomodar casi 10 toneladas.

El Sandringham recibió nuevos motores, algunas modificaciones aerodinámicas (mas notables en la nariz del aparato) y su interior se adaptó para acomodar lujosos camarotes en un piso inferior, además de un piso superior detrás del ala, en ellos se podían colocar 22 pasajeros, o bien 16 en caso de viajes nocturnos, donde los camarotes habilitaban camas.

Las primeras conversiones de Sunderland a Sandringham empezaron en 1942 y en 1946 se empezaron a construir hidroaviones Sandringham de producción, la mayoría fueron entregados a la BOAC, aerolínea de bandera británica, que los usó en rutas de Reino Unido a Hong Kong, Rangun, Burma, Australia y Nueva Zelanda, algunos otros ejemplares fueron entregados a la Cía. Aeronáutica Uruguaya y a Aerolíneas Argentinas.

Ansett Flying Boat Services, de Australia, fue de las últimas operadoras de servicios regulares en hidroaviones, fue establecida en 1952 y contó con una flota total de un PBY Catalina, un Shorts Sunderland y cuatro Short Sandringham, todos ellos obviamente de segunda mano, pues el modelo ya no se fabricaba para aquel entonces.

La empresa usó sus botes voladores en rutas vitales de Sydney y Brisbane a diversas islas a mitad de camino entre Australia y Nueva Zelanda, que de otro modo permanecían incomunicadas por la falta de aeropuertos

En las dos fotos de arriba podemos ver las diferencias externas entre el Short Sandringham (primer plano) y el Short Sunderland (fondo)

Los otrora lujosos interiores que dichas aeronaves tuvieron, fueron reemplazados por sencillos asientos, aunque eso sí, la división en camarotes permaneció al igual que la cocina y otras amenidades.

Ansett Flying Boat Services configuró sus Sandringham convirtiendo los camarotes en simples cabinas con asientos enfrentados, cuatro en la cubierta inferior donde cabían 28 pasajeros (7, 8, 8 y 5):


La cubierta superior era una sola cabina a donde se accedía por una escalera en la parte derecha, daba espacio para 14 asientos, totalizando así 42 pasajeros. 

Delante de esta única cabina se encontraba la cocina, así como un espacio para ingresar al interior del ala.

Poco a poco el negocio dejó de ser redituable y las rutas se fueron cerrando, dos de los Sandringham se perdieron en 1952 y 1963. 

El Short Sandringham matriculado VH-BRC y llamado "Beachcomber" tuvo el honor de hacer el último vuelo regular de pasaje en la historia de la compañía, cuando el 31 de marzo de 1974 unió a Sydney con la isla Lord Howe, a 800 km al noreste de Australia. El avión se mantuvo en reserva hasta que el aeropuerto en Lord Howe estuviera listo, y todavía el 10 de septiembre de 1974 realizó traslado de pasajeros en la ruta.


Aun así, al hidroavión aún le quedaba historia, fue vendido a Antilles Air Boats, de las Islas Vírgenes, en el Caribe, el aparato recibió el nuevo nombre de "Southern Star", pero al poco tiempo fue cambiado a "Southern Cross", dejó Australia en noviembre de 1974, la travesía lo llevó por Oceanía, Hawaii y Estados Unidos antes de llegar a su nueva casa, el aparato recibió una matrícula provisional norteamericana, N158C, para poder pasar por dicho país. El 9 de noviembre llegó a las Islas Vírgenes, donde fue rematriculado VP-LVE.

Antilles Air Boats operaba servicios regulares de pasaje entre las diversas Islas Vírgenes tanto americanas como británicas, así como a Puerto Rico. 


No tengo la fecha exacta pero el fin de la era de los botes voladores llegó con el fin de los servicios del VP-LVE, pues el 6 de julio de 1976 partió para Irlanda, donde hizo algunos vuelos de turismo hasta 1978, cuando regresó a las Islas Vírgenes, aunque ya no prestó servicio de pasaje. Actualmente el hidroavión descansa en el Aviation Hall en Southampton, Inglaterra, donde se le puede visitar.

Por cierto, que Antilles Air Boats también adquirió el Short Sunderland de Ansett unas semanas antes que el Sandringham, pero por motivos burocráticos, ese avión sólo voló una vez para Antilles, y tiene también una historia digna de contar, llegando incluso a portar los colores de aerolíneas tan dispares como Pan Am (para una película en 1985) y Ryanair (para una campaña publicitaria en 1989). Ese avión hoy se encuentra en un museo en Florida.
Short Sunderland

Con información y fotos de Aussie Airliners.org y Airliners.net

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