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domingo, 14 de abril de 2024

El panadero del Titanic sobrevivió... por ebrio!!!

En estas horas se cumple otro aniversario de la tragedia marítima más famosa de la historia: el hundimiento del RMS Titanic, y como todo el mundo sabe hay multitud de historias personales épicas, de sacrificio y finales funestos, pero entre todas las anécdotas que se cuentan de aquella noche, hay una que a menudo causa más risas que asombro.

Charles John Joughin nació en Birkenhead, Cheshire, Inglaterra, el de 3 agosto de 1878. Quedó huérfano de padre a temprana edad y la familia se mudó a Liverpool, donde sus hermanos empezaron a ganarse la vida como marineros. El buen Charles por su parte, aunque también haría del mar su modus vivendi, lo hizo de una manera ligeramente distinta: empezó a trabajar como panadero en diversos barcos.

Para 1911 ya estaba casado y con hijos, y ya tenía una amplia experiencia trabajando en varios navíos, especialmente los de la empresa White Star Line, y ese año le tocó ser parte de la tripulación del RMS Olympic, el primero de un nuevo y lujoso trío de barcos que la empresa planeaba lanzar en los siguientes años. Charles Joughin se desempeñó como Panadero en Jefe, teniendo a su cargo a un equipo de cocineros.

En 1912 el segundo barco de la Clase Olympic haría su debut: el RMS Titanic, y White Star mudó a buena parte de la tripulación del Olympic al Titanic, así que Joughin fue uno de los muchos tripulantes que en abril de ese año debieron ir a los astilleros Harland & Wolf en Belfast, en Irlanda del Norte, donde se construyó el Titanic, para llevar a cabo las pruebas del barco en el mar y realizar el viaje de entrega.

El 2 de abril de 1912 el Titanic completó sus pruebas y fue oficialmente aceptado por White Star, esa misma noche partió de Belfast hacia Southampton, a donde llegó el 4 del mes. Charles Joughin volvió a firmar como Jefe de Panaderos en lo que sería el viaje inaugural a New York, en el cual estuvo a cargo de un equipo de 13 panaderos.

El Titanic zarpó de Southampton el 10 de abril de 1912, hizo las tradicionales escalas en Cherbourg (Francia) y Queenstown (Irlanda), antes de partir al Océano Atlántico. 

La noche del fatídico 14 de abril Charles Joughin se encontraba ya fuera de servicio y descansaba en su camarote en la Cubierta E cuando sintió una extraña vibración y ruidos que lo pusieron en alerta. Pronto los rumores entre los tripulantes revelan la naturaleza de lo sucedido: el barco había impactado con un iceberg y se hundiría irremediablemente. A las 12:15 ya del 15 de abril, y sin recibir una orden oficial, Joughin reunió a su personal en la panadería y empezó a preparar las provisiones para los botes salvavidas: a cada uno de los 20 botes se les dotaría de cuatro hogazas de pan, un equivalente a 20 kilos, además de otros avituallamientos.

Después de organizar a sus hombres y ponerse su chaleco salvavidas, Charles Joughin decidió retirarse a sus aposentos, en el camino ayudó a algunos pasajeros de tercera clase que se dirigían a la cubierta de botes, finalmente alcanzó su camarote donde se puso a "reflexionar" algunas cosas (si saben a lo que me refiero). El buen tío Carlos decidió salvar la mayor cantidad posible del alcohol presente en el Titanic, sólo que el único lugar donde pudo ponerlo a salvo fue en su estómago. 

Bueno, nomás una y ya
A las 12:30, luego de echarse sus copitas de whisky para agarrar valor, Joughin se dirigió al bote que tenía asignado en caso de desastre: el número 10, el cual era el primero de los botes traseros, en el lado de babor (la izquierda del barco), ahí se encontró al Oficial en Jefe Henry Wilde tratando de controlar a los pasajeros, específicamente a los hombres, aunque a decir de Joughin, éstos estaban calmados y no había pánico en ese momento. 

Nuestro panadero se dispuso entonces a ayudar en la evacuación: contribuyó apoyando a mujeres y niños a subir al bote, éste estaba medio lleno cuando ya no fue posible encontrar más mujeres y niños en las cercanías. Joughin y otros hombres bajaron al piso inferior donde encontraron más pasajeros que simplemente no querían dejar el barco, así que entre todos llevaron a este grupo de gente arriba, en algunos casos a la fuerza.
Es famosa la anécdota de una mujer francesa que resbaló en su intento de subir y quedó por algunos momentos colgando de este bote, aunque logró ser rescatada y al parecer logró volver a subir, aunque en su testimonio Joughin señala no haberla visto regresando. En este mismo bote estaba Milvina Dean, una bebé de 2 meses de edad, que además de ser la pasajera más joven, también fue la última sobreviviente del Titanic: falleció en 2009.

Finalmente el bote 10 fue lanzado a la 1:50 de la mañana, aunque Charles describió el bote como "medio lleno", hoy se sabe que fue ocupado por 57 personas, en parte gracias a los esfuerzos de nuestro panadero borrachales.
Los protocolos de evacuación indicaban que Joughin capitanearía ese bote salvavidas, pero un giro de acontecimientos truncó los planes: Wilde ordenó a William Burke, uno de los mayordomos del comedor, ser el hombre al mando del bote, dejando a su suerte a nuestro borrachín panadero. Sintiéndose condenado a un cruel destino, Charles Joughin regresó a sus aposentos: ya que de todos modos iba a morir, primero habría de matar varias de sus neuronas con todo el pisto que pudiera encontrar a su alcance.

¿cómo?¿quieres que te beba?
Ahí en su camarote tuvo una breve charla con el médico cirujano del Titanic, el Dr. William Frances O'Loughlin, siendo la última vez que alguien vio al facultativo con vida; luego notó que el agua estaba entrando a su cuarto, por lo que ya embrutecido por todo el alcohol que se había tragado, volvió a la cubierta de botes donde ya no vio ninguno disponible.

Joughin bajó a la cubierta B, donde se dio cuenta que el barco se estaba escorando (inclinando) hacia babor, así que aprovechando esta inclinación del barco, empezó a tirar por la borda sillas y toda clase de objetos que pudieran flotar: a pesar de lo pedernal que estaba, Joughin aún se esforzaba por salvar vidas, naturalmente esperaba aferrarse él mismo a alguno de esos objetos en el inevitable momento en que tuviera que abandonar el barco.

Luego Charles Joughin fue a la despensa del barco donde se tomó un vaso de "agua", estando ahí empezó a escuchar extraños ruidos, como si fueran de algún metal retorciéndose y quebrándose, así que salió de la despensa sólo para encontrarse con un mar de gente que huía desesperadamente hacia la popa del barco, así que se unió a este grupo de personas hasta alcanzar el pozo de popa, momento en el que el Titanic se inclinó hacia la derecha (corrigiendo su inclinación a babor) y aceleró su descenso hacia las oscuras y frías aguas del Atlántico.  

Joughin dijo que el barco se hundió en una pieza, pero es probable que la sacudida que notó no fuera la corrección de inclinación que sufrió el barco antes de acelerar su hundimiento, sino que fuera el momento en que el barco se partió en dos, pues a decir de Joughin, la sacudida tiró a las personas. Joughin por su parte consiguió aferrarse a alguna estructura y evitó caer al pozo de popa con toda esa gente.

La parte más famosa del relato de Charles Joughin es esta: después de haber alcanzado la orilla de la popa, se trepó al barandal, ahí sin tener más que hacer, esperó mientras se embrutecía con más alcohol, luego el Titanic empezó su descenso final, Charles literalmente se puso de pie sobre el barandal y bajó suavemente con el barco, como si se tratara de un elevador, esto lo convirtió en la última persona en abandonar el Titanic, exactamente a las 2:40 de la mañana. En su testimonio Charles Joughin refiere que el barco no se hundió perpendicularmente como se cree a veces, además asegura que apenas si se mojó la cabeza.

En la famosa escena de la película de 1997 se puede ver a la derecha a Joughin
Joughin aparentemente era un buen nadador, y supuestamente se mantuvo nadando y pataleando por cerca de dos horas en las heladas aguas antes de avistar el bote Colapsable B. Este bote no alcanzó a ser lanzado y terminó boca abajo, con un grupo de personas al mando del Segundo Oficial Charles Lightoller manteniéndose apenas a flote, de pie sobre la quilla, y luchando por mantener el equilibrio. Joughin nadó hacia ellos para conseguir un lugar. No obstante, la complicada situación en el Colapsable B obliga a los hombres a negarle un espacio: cualquier movimiento en falso y todos se hundirían. 

Una vez más sintiéndose condenado, se alejó del bote pero entonces la suerte le sonrió otra vez: en el otro lado del bote estaba Isaac Maynard, uno de los cocineros del Titanic, quien lo reconoció y de inmediato le tendió una mano y le hizo espacio. En ese mismo bote estaban el famoso Coronal Archibald Gracie IV, el operador del telégrafo Harold Bride, y el joven Jack Thayer, que fue uno de los pocos que pudo ver al Titanic partirse en dos. Se mantuvieron a flote hasta que fueron rescatados por el bote 12. A las 8:30 de la mañana el bote 12 fue rescatado por el RMS Carpathia. Joughin señala que sólo sufrió de pies hinchados y las rodillas lastimadas. Atribuyó su milagrosa supervivencia al hecho de estar pasado de copas.

Escena eliminada de Titanic (1997), claramente se ve a Joughin con su uniforme de panadero
Charles Joughin rindió su testimonio en las audiencias en Inglaterra el 10 de mayo de 1912. Regresó con su familia a Liverpool, y no pasó mucho tiempo antes de que volviera a hacerse a la mar: nuevamente en el RMS Olympic. Sirvió luego en varios barcos y prestó servicio durante la Primera Guerra Mundial, el 14 de septiembre de 1916 estaba a bordo del SS Congress navegando frente a la costa oeste estadounidense, cuando el barco se incendió pero el capitán logró encallar el barco, y Charles Joughin se salvó en un bote salvavidas por segunda vez en su vida. 

Para 1920 se mudó a Estados Unidos y participó también en la Segunda Guerra Mundial, sirviendo como cocinero en varios transportes de tropas aliados; sobrevivió a un tercer naufragio en 1941 cuando  su barco, el USS Oregon colisionó con el USS New Mexico. Joughin se retiró del servicio en 1944, enviudó por segunda vez y murió en 1956. Una increíble vida para un humilde y borracho panadero.

¿Pudo Charles Joughin sobrevivir gracias al alcohol?
Tradicionalmente es lo que se piensa, sin embargo es más que improbable que Charles Joughin evitara la hipotermia mientras nadaba durante dos horas. Primero que nada, si bien pequeñas cantidades de alcohol pueden contribuir a generar algo de calor corporal, una cantidad grande de alcohol, frío per se, aceleraría una muerte por hipotermia, ya que la persona se deshidrata, y al generar una mayor cantidad de orina, ésta se lleva una parte del calor corporal como seguramente todos hemos podido comprobar cuando andamos en estado inconveniente.

Por otro lado, prácticamente todas las personas que cayeron al mar murieron de hipotermia en menos de 15 minutos, la clave para sobrevivir es mantener el torso fuera del agua para que ésta no enfríe los órganos vitales, es por eso que muchas personas murieron aunque se aferraron a cualquier cosa que estuviera flotando, pues seguían sumergidos en el agua. 
Por el contrario, algunos de los supervivientes que fueron rescatados de mar lograron mantenerse con vida ya que se montaron en objetos de madera, tal como el chino Fang Lang, que se trepó encima de un pedazo de madera, quedando efectivamente fuera del agua.

Es por ello que la idea de que Charles Joughin se mantuviera nadando por dos horas no luce plausible, pues además de la hipotermia, habría quedado exhausto en poco tiempo, y el estado de ebriedad seguramente lo habría hecho menos ágil para nadar.
Lo mas seguro es que el testimonio de Charles Joughin esté plagado de recuerdos borrosos e incompletos (¿qué ebrio recuerda con exactitud lo que hizo en su estado de borrachera?) y no deba ser tomado al pie de la letra. Es posible que en realidad el panadero ebrio del Titanic se trepó a algún fragmento de madera y permaneció fuera del agua durante un buen tiempo antes de avistar el Colapsable B y nadar hacia él, recordemos que el propio Joughin lanzó objetos de madera al mar, esperando poder aferrarse a uno cuando llegara el momento.

No obstante, el relato de Charles Joughin ha dejado huella: se le ha representado como ese borrachín que proporciona algún elemento de comic relief en películas y series. Particularmente se recuerdan las películas A Night to Remember de 1958, donde fue interpretado por George Rose, y la monumental Titanic de 1997, donde lo encarnó el actor y DJ Liam Tuhoy.

La película muestra a Joughin interactuando brevemente con los protagonistas Jack y Rose, además de que parte de las "hazañas" de Joughin son transferidas la pareja: Jack y Rose trepan al barandal de popa al igual que Joughin, y descienden con el barco, de hecho al propio Joughin se le puede ver bebiendo en esos momentos (aunque no de manera cómica), y lo vemos ponerse de pie y montar la popa como si fuera un elevador.
En las escenas eliminadas lo podemos ver lanzando sillas por la borda, y también lo vemos aferrado al Colapsable B momentos antes de ser rescatado por el Carpathia.
Sí, sí, usted siga chupando

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