Powered By Blogger

jueves, 6 de octubre de 2022

¿Una aerolínea del Estado? Sí, ¿pero cómo?

En recientes días entre las filtraciones de las guacamayas en relación al gobierno payaso que tenemos, se reveló que el caquismo, en su afán pseudosocialista, quiere crear una aerolínea del Estado, operada por el Ejército Mexicano (o debería decirse, la Fuerza Aérea), y con el infame 787 presidencial en la flota.

Desde luego, tal idea no es novedosa y mucho menos innovadora, es de hecho una idea que podría considerarse hasta retrógrada por algunos analistas, pues en el pasado las aerolíneas propiedad del gobierno eran la norma en casi todo el mundo, o bien el gobierno era el accionista mayoritario, a esta clase de aerolíneas se les llamó con justa razón "aerolíneas de bandera" debido a que sus operaciones obedecían a los intereses del gobierno (por ejemplo Conviasa de Venezuela con sus vuelos a Irán) y eran las dominantes del mercado, con sólo unas pocas líneas aéreas puramente en manos privadas.

La fórmula ha fracasado en muchos países y los casos paradigmáticos sobran (tan sólo véase CINTRA en México, como un botón), pues este tipo de empresas a menudo representaban pozos sin fondo para el presupuesto, el cual tienen asegurado, y no les interesaban cosas como los beneficios, ganancias, pérdidas, competitividad, etcétera (esas palabras que el actual gobierno odia por sonar neoliberales), pero eso implicaba que tampoco hacían nada para mejorar el servicio el cliente, optimizar rutas, modernizar la flota, o la capacitación continua del personal. La burocracia e inflexibilidad tan típica de las instituciones de gobierno se reflejaba también en esta clase de aerolíneas. 

Además, al tener un presupuesto seguro cada año, tenían ventaja sobre las empresas privadas que deben maximizar sus pocas ganancias (la mejor manera de hacerse millonario en la aviación es empezar siendo multimillonario), y por lo regular la estructura legal y fiscal del gobierno beneficiaba a su aerolínea por encima de las privadas (costos operativos menores, inspecciones menos minuciosas, condonación de impuestos, prioridad en la concesión de rutas y slots, etc), ello derivaba en que las empresas privadas compitieran en desigualdad y en la práctica el gobierno tenía el monopolio del transporte aéreo de pasajeros y carga.

Desde luego, las aerolíneas gubernamentales eran lugares idóneos para el florecimiento de la corrupción, pues la transparencia era otro de los aspectos que no importaban.

Por eso creo que una idea como la que propone el gobierno actual (que si algo nos queda claro es que hace todo con las patas) puede acabar mal.

No obstante, también creo que existe cabida en el mercado aerocomercial para aerolíneas operadas por los gobiernos, siempre y cuando éstas no compitan con las líneas aéreas comerciales, sino que por el contrario, complementen a éstas en rutas de interés social, volando a destinos que las empresas privadas no encuentren atractivas por tener poca demanda o ser lugares aislados, y sirviendo como alimentadoras o commuters con los grandes aeropuertos, de modo que una persona en una comunidad aislada o con pocas opciones de transporte pueda en efecto tener un modo rápido y confiable para viajar.

Este modelo tampoco es nuevo: los ejemplos más notables que conozco y que funcionan más o menos así son LADE (Líneas Aéreas del Estado) en Argentina, o el Essential Air Service en Estados Unidos, que concesiona rutas no rentables a pequeñas aerolíneas regionales. 

Incluso aquí en México creo que se intentó algo parecido con Aerolíneas Alimentadoras, que operaba pequeñas aeronaves desde la CDMX y otras bases a destinos aislados, y cuyos pasajeros podían viajar digamos, desde una comunidad pequeña, y conectar con un gran vuelo de Aeroméxico o Mexicana.

Así que para hacer honor al título de esta entrada, meesah propongo, las características que creo que debería tener una aerolínea del gobierno en México:

Rutas y destinos:
Como señalé, los destinos de una "Mexicana 4T" o "Aerolíneas del Bienestar" (o cualquier otro nombre ridículo y rimbombante que se le ocurra a nuestro zafio gobernante) deben definirse por el interés público o social, y podrían incluir: 
1. Comunidades alejadas o aisladas de cualquier otro medio de transporte, tales como las que se encuentran en la Sierra Madre Occidental, el sureste selvático, o las penínsulas de Yucatán y Baja California, donde esos vuelos no sólo darían beneficios en términos de pasaje, sino en el envío de carga, recursos y comunicación, contribuyendo a largo plazo al desarrollo de esas regiones. Estos vuelos se harían desde bases o "hubs" en las capitales estatales, así como los grandes aeropuertos del país (AICM, Monterrey, Guadalajara, Cancún y Tijuana, tal vez el AIFA), desde donde partirían los vuelos a las comunidades remotas, y en horarios que permitan tiempos de conexión razonables. 
Estos vuelos podrían ser con escalas, tipo "rutas de la leche", también podría transportarse correo a estas comunidades, mejorando notablemente la cobertura y tiempos de entrega del Servicio Postal Mexicano.

2. Aeropuertos y aeródromos con poca infraestructura aeronáutica, pero la suficiente para garantizar la seguridad operacional, se podría incluir aeródromos municipales, estatales o la red de aeropuertos no concesionados que aún sigue manejando Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA): Tehuacán, Tamuín, Nuevo Laredo, Ixtepec, Uruapan, Loreto, Guaymas, entre otros. Algunos de estos aeropuertos carecen de vuelos comerciales.

3. Pares de destinos cercanos y con alto flujo de pasaje entre ellos, a menudo este tipo de rutas está dominado por los autobuses foráneos y no resultan rentables para una aerolínea debido a la poca distancia, ejemplos de estos pueden ser Monterrey-Nuevo Laredo, Torreón-Durango, La Paz-Mazatlán, Tapachula-Tuxtla Gutiérrez, etc.

Acuerdos con otras aerolíneas
Se podrían firmar acuerdos con las líneas aéreas comerciales para que éstas acepten pasajeros en conexión desde la aerolínea del gobierno, favoreciendo así una mayor conectividad. Estos acuerdos podrían ser atractivos para las demás aerolíneas si a cambio reciben algunas prestaciones como incentivos fiscales u otros beneficios.

Flota
Considerando el tipo de rutas que a mi parecer debería tener una aerolínea gubernamental, es obvio que se requiere de aeronaves de tamaño reducido, probablemente en el límite de las 19 plazas, con capacidad de operar en pistas cortas no preparadas y que seguramente provendrán de las fuerzas armadas, o bien sean compatibles con las que ya se tiene, suponiendo que se vaya a emplear a los pilotos militares, que es lo más probable. 
En este sentido, un modelo que se me ocurre es la gama del Beechcraft King Air, del cual nuestras fuerzas armadas operan un buen número en diversos cometidos, se podría complementar con aviones de la talla del CN-235/C-295, y tal vez con algún reactor regional para rutas troncales. 
En todo caso, estos aparatos podrían alternar sus misiones militares con vuelos de pasaje, aunque no es lo ideal: lo preferible es que sean aviones exclusivamente para la aerolínea.

El Boeing 787 presidencial a mi parecer queda descartado por sus enormes costos de operación, además de que es un prototipo del modelo con un peso operativo diferente de los ejemplares de serie. Su uso es para rutas internacionales y ahí no veo por el momento la viabilidad de que la aerolínea gubernamental tenga vuelos de larga distancia. Para ese avión he dicho y sigo diciendo, que su mejor destino sería convertirlo a carguero y destinarlo a la Fuerza Aérea, pues no deja de ser un activo de la nación, basta con ver cómo se usaron los 787 de Aeroméxico durante la pandemia de COVID.

Personal
Aquí podríamos encontrar algunos problemas, ya que el actual gobierno emplea a las fuerzas armadas para todo, y probablemente la aerolínea sea administrada, mantenida y operada puramente por personal castrense, lo cual puede representar varios problemas: los pilotos militares, salvo los de transporte, no están acostumbrados a operar en un entorno civil, puesto que no son pilotos comerciales, por lo que resultaría necesario capacitarlos, homologar cursos, o de plano contratar personal civil, lo mismo aplicaría para los tripulantes de cabina de pasajeros, oficiales de operaciones, personal de mantenimiento, entre muchos otros rubros. Disponer de personal enteramente militar sin la adecuada capacitación podría suponer peligros de seguridad.

Precios
Es indudable que los precios serán más baratos, por ello la importancia de que la aerolínea militar no opere en las mismas rutas de las aerolíneas comerciales (para no generar competencia desleal y mucho menos un monopolio), lo mejor es que se enfoque en nichos de mercado desatendidos o de valor social. La idea es acercar el transporte aéreo al sector más afectado por las brechas de desigualdad.

Servicio al cliente y procesos internos.
Uno de los puntos que más necesita pulir cualquier institución gubernamental, ya que la cultura de servicio al cliente es desconocida entre los funcionarios públicos (y no se diga entre los militares), además, si la aerolínea adopta los procesos complicados e inflexibles tan característicos del gobierno, su capacidad funcional se verá notablemente perjudicada. 
Imaginemos por ejemplo, que un avión de la aerolínea sufre una falla mecánica, y para solicitar una refacción, ésta tenga que cotizarse primero, luego enviarse la solicitud a Hacienda y que ésta autorice, mientras el avión dura parado en tierra por meses. O si un pasajero desea solicitar un reembolso de un boleto, tenga que enfrentarse a trámites engorrosos repletos de papelería inútil, ante funcionarios maltratadores e indolentes.

Rendición de cuentas
Transparencia, lo que más presume la actual administración, y que sin embargo es de lo que más carece. Mi temor con una aerolínea militar es que rápidamente entrará en la opacidad argumentando preocupaciones de seguridad nacional u otras justificaciones sin sentido. En una línea aérea privada esto no ocurre puesto que los accionistas y socios siempre quieren saber qué se hace con su dinero, que a final de cuentas es lo que les interesa. Claro está que ni las aerolíneas privadas se salvan de la corrupción y muchas han caído por culpa de ello.
Si bien es de esperarse que una aerolínea del Estado va a operar con pérdidas monetarias (el beneficio es el social), será importante que se disponga de mecanismos garantes de la transparencia para que no se convierta en un nido de ratas.

Pero bueno, estas son mis ideas y preocupaciones, los expertos en materia aeronáutica saben mucho más que yo y podrán agregar o corregir mucho de lo escrito aquí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario