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martes, 13 de junio de 2023

Luis Eduardo Canales - EL SINDROME DE LOS SANTOS PECADORES. Reseña

Viajar entre mi ciudad natal y Monterrey se ha vuelto un asunto bastante rutinario, es un trayecto de 5 horas que si bien no es mucho tiempo, sí puede llegar a ser un tanto monótono considerando que mis viajes suelen ser en la misma línea de autobús y el entretenimiento a bordo es el mismo, o bien conduzco y las opciones de hacer más ameno el viaje se reducen, de modo que siempre estoy buscando algo para distraerme, aunque termino aburriéndome de ello a la hora, o menos.

Eso no pasó con
El Síndrome de los Santos Pecadores, un pequeño libro escrito por el amigo y abogado Luis Eduardo Canales, a quien conozco personalmente desde hace algunos años por intermedio de otros amigos con los cuales debatimos alegremente en "tertulias" en las que se habla de política, historia, religión, filosofía... ustedes saben, todas esas banales cosas de las que charlan los borrachos, sea como fuere el caso, el libro me mantuvo entretenido de principio a fin las 5 horas que duró mi más reciente viaje a la tierra del amor entre primos.

Santos Pecadores es un libro de romance, es un libro sobre el síndrome de Estocolmo, es un libro de ácida sátira política, es por momentos un thriller policiaco, pero por sobre todo, es un retrato de algunos de los arquetipos más representativos de los diversos estratos de la sociedad del México mágico en el que vivimos.

La trama a sigue a Victoria "Vicky" Almanzi, heredera de un emporio cuyos propietarios, la poderosa familia Almanzi, tiene conexiones con las altas esferas de la política en la Ciudad de Nombre Impronunciable (yo preferiría llamarla la Ciudad de la Furia, pero es que ese nombre ya aparece referenciado en el libro, así que no se puede), la llamaremos C.N.I., para abreviar.  Luego de una decepción amorosa, la chica escapa a buscar a quien ha sido su único apoyo emocional: su nana de infancia, en un ranchito cercano, conocido como el Rancho de los Santos Pecadores debido a un error ortográfico, sin embargo, las circunstancias adversas hacen que Vicky termine sola a merced de un par de secuestradores oportunistas y de mente corta, además de Kevin, un captor con una improbable combinación de cualidades intelectuales.

Canales hace una interesante aproximación al síndrome de Estocolmo mostrándonos a Vicky y Kevin estableciendo un vínculo afectivo que será puesto a prueba a través del tiempo y la distancia, y en esencia, ése es el núcleo de la narrativa, cada protagonista ve en el otro una oportunidad de escape: ella quiere alejarse de una familia enajenada y la falsedad que viene con las clases altas, él busca una vida mejor, lejos de la miseria y de los cuestionables actos que realiza para subsistir. Cada uno es la esperanza del otro.

Sin embargo, el secuestro de una jovencita de una familia de abolengo, y por sobre todo muy religiosa, es usado por los grupos de poder de C.N.I. para hacer lo que mejor saben: sacar raja política de la situación e intrigar unos contra otros. También puede verse cómo estos elementos bajo las sombras utilizan a la prensa, y a los estratos más humildes de la sociedad, como peones en sus estratagemas.

En este sentido el autor hace una excelente sátira política y social, llena de acidez y sarcasmo, pero por sobre todo humor que le sacará al lector alguna que otra risa, pues la ciudad de cuyo nombre no quiero acordarme, C.N.I., funciona como un macro y microcosmos de la situación sociopolítica del país en los últimos años: el lector rápidamente asociará a los más viles e hipócritas personajes que mueven los hilos en C.N.I. con algunos de los más despreciables representantes de la clase política mexicana, uno disfruta identificándolos por sus similitudes, algunas más obvias que otras, con sus contrapartes de la vida real. 

También el amigo Canales hace una excelente crítica de nuestro sistema penal tan incomprendido y vituperado (a veces con justa razón), un sistema que conoce de primera mano dada su condición de abogado, en el libro veremos a los poderosos, a los delincuentes, las víctimas y sociedad en general ser presa de las falencias y falacias de la justicia.

Iguales referencias pueden encontrarse con situaciones y eventos de la vida diaria. El humor y la sátira fluyen naturalmente, y por mi parte sólo pude identificar un único momento en el que esto se sintió forzado.

Pese a conocer personalmente al autor, desconozco el proceso de la creación del libro, lo que sí puedo decir es que en su texto se ven reflejados algunos de esos temas que hemos manejado en nuestras alegres reuniones, e incluso hay un "cameo" no muy sutil de nuestro recurrente y obligado anfitrión (si estás leyendo esto ¡cóbrale regalías!!!), imagino que algunos otros personajes del libro también tienen raíces en gente cercana al autor, además que el propio Canales se autoinserta en su libro de manera obvia y desvergonzada, pero sin influir en la trama de ninguna manera, aunque desconozco si el amigo Canales se vea reflejado en alguno de sus personajes.

El desarrollo de los personajes está muy pulido y bien narrado, como comenté anteriormente, muchos de ellos son arquetipos del México mágico, desde Vicky, criada en una jaula de oro, o sus secuestradores que representan los aspectos poco agraciados del México real, pasando por toda una jauría de empresarios, policías y políticos llenos de toda clase de mañas y virtudes, es imposible no identificarnos total o parcialmente con alguno de ellos.

Con respecto del título, adivino que es una amalgama de la referencia al síndrome de Estocolmo, y al hecho de que todos en este libro son unos santos pecadores: están los más santos que no dejan de darse golpes de pecho en público, pero que en privado pecan hasta de lo que uno no se imagina, y están también los pecadores de la peor clase, que pueden volverse santos a ojos del publico, aún en contra de su voluntad. Todos en este libro tienen cola que les pisen, pasan de santos a pecadores, y luego otra vez a santos, llevados por los hilos que otros mueven. Sin embargo, puede que a Canales y sus editores les haya agradado el título de El Síndrome de los Santos Pecadores por lo que el mismo transmite, yo en lo personal creo que el título pudo haber sido un poquito más comercial, pero bueno, eso no lo decido yo.

Finalmente, la imagen que engalana la cubierta del libro es Il Rapimento de Europa (El Rapto de Europa), obra de 1562 del pintor italiano Tiziano, nos muestra a la princesa Europa a lomo de un toro blanco que no es otro que Zeus transformado, y que aprovecha para llevarla a la isla de Creta, donde Europa se convertirá en la primera reina de la isla. La similitud de la trama del libro y el mito retratado en la pintura es más que evidente.

Enhorabuena Canales, espero y tengas más proyectos literarios en mente, y ¿porqué no?, alguna secuela de este libro en el futuro.
El libro es bastante ameno y es una lectura bastante entretenida, está disponible en Agua Escondida Ediciones.

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